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AÑADIDO SIGNIFICATIVO A «CUERPO Y ALMA POR CULPA DEL 51%». Amílcar Moretti

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REFERIDO A «CUERPO Y ALMA POR CULPA DEL 51%» (ver post anterior)

 

 

       AÑADIDO (viernes 3 a las 17 horas): Hago mis compras de verduras y frutas en la «verdulería» de mi barrio. El dueño, desde hace unos meses, pasa gran parte del día sentado en la acera junto a su mujer, sin compradores. Tiene buena mercadería y sus precios no son bajos. Días pasados se quejó enfáticamente conmigo de que «este (Argentina) es uno de los países que más fruta consume». Por esa razón, según su razonamiento, la fruta hoy tiene muy alto precio. Me llamó la atención su conclusión (Argentina, uno de los países que más fruta consume), porque es altamente dudosa y es fácil imaginar numerosos países europeos o latinoamericanos que consumen mucha más fruta que los argentinos, dados -al menos hasta que asumió el electo por el 51%- a consumir preferentemente carnes rojas. Pero más que nada me llamó la atención porque él, como verdulero y vendedor de frutas, debiera estar contentísimo de vivir entonces en un país como Argentina que «es de los que más fruta consume». Pero, no, estaba enojado, como si tuviera un comercio de ferretería, o fuese zapatero, o ingeniero en electrónica, y no tuviese nada que ver con la fruta en un «país que consume fruta como ningún otro».

Y eso no es todo. Completó su reflexión. Hice la observación de que la fruta desde hace un año está especialmente cara, tiene altos precios, más allá de que desde hace tiempo no es el alimento más económico. Por añadidura, otros alimentos -carnes, pastas- suelen proporcionar una sensación más prolongada de saciedad que la fruta. Ante mi observación dicha -un limón 12 pesos, un pomelo 15 pesos-, «mi» verdulero-frutero, me respondió así: «Cada uno debe tener conocimiento y saber qué puede comprar (y que no puede comprar). El precio de la fruta es el que vale (legítimamente) fijado (sin condicionamientos) por el mercado. Es lo que vale. Pero si vos no sabés qué podés comprar…»   ¿Se entiende? A ver, a ver: me quiso decir lo siguiente, me dijo lo siguiente: «Vos tenés que saber si podés comer o no. Cada uno debe saber si tiene ingresos como para poder comer  o no. El precio de la mercadería «es justo» porque lo fija…lo fija…el mercado». No hablábamos del Porsche 356 o 911 Cabrio, que es el auto que a mí me gusta, creo en unos trescientos mil dólares, o algo así. Hablábamos de naranjas, manzanas, bananas, lechuga, zanahorias, papas, papas, papas… Yo sé que no puedo comprar el Porsche, ni sé si lo compraría en caso de tener ingresos suficientes. Pero sí se que todos deben poder comer, comer papas, verduras, frutas, y etc., etc.

El tipo y su mujer, semianalfabetos y ella con alguna disminución pero hábil en las cuentas, aunque no me lo han dicho, son obviamente votantes del 51% de noviembre-diciembre del 2015, es decir, son sufragantes del partido político de los ricos.

 

 

Últimamente no sé qué hacer: si ser como John Garfield en «Cuerpo y alma» y moler a golpes a estos tipos, como en un ring (Garfield en «Cuerpo y alma» es boxeador y se juega la vida. Yo comencé a practicar box a los 8 años. Lo hago mucho actualmente. Golpeo y golpeo como en bolsa). O si ser como John Garfield en la vida real y morirme de un ataque al corazón fulminante y masivo.

 

Una novedad: «mi» verdulero perdió un cliente de años, buen comprador: YO.

 

Amílcar Moretti  

5 Comentarios

  1. Carlos Diaz

    Excelente comentario, aunque duro y amargo. En la recordada revista «Humor» solía decirse que la inteligencia tenía límites, pero que la estupidez no.

  2. Aaron Romero

    Amilcar, saludos .

    Vaya que verdulero tan hábil en las matemáticas y visionario, las frutas y legumbres son caras por que la Argentina , aquella grande que soñó Jose de San Martín. es la que mas consume, por consiguiente es mas cara…..ya me imagino aquellas tierras tan fertiles y bastas de estos productos, como Brasil, Honduras, Venezuela, hombre Mexico, con sus estados como Tabasco, Chiapas, Veracruz, etc….si bien no son baratas tampoco lo son caras y se pueden adquirir a un buen precio…y si las encuentra uno caras es gracias a los ajiotistas e intermediarios quienes sangran a los campesinos productores y en efecto ellos son los que fijan los precios…
    Si bien es cierto y una realidad es que en el mundo el país donde es mas cara la fruta y verdura es en el Lejano Japón.. como viviría el sabio verdulero de tu barrio en el Japón ….mas contento….o mas jodido….vaya que beneficios nos dejo ese 51% de pelotudos millonarios….
    Saludos Amigo Moretti…

  3. Amilcar Moretti

    Gracias, Aaron, como siempre.
    Quiero hacer una aclaración: lo peor de todo es que el 51% que votó esto que disuelve a Argentina desde hace más de un año es que no son «pelotudos millonarios». Son pobres, o asalariados, o pequeños comerciantes. Aclaro más: el 51% que votó esto de Argentina a fines del año 2015 -hace más de un año- son tipos comunes, muchos de clase media común, y hasta pobres, de sectores populares. No son «millonarios» o ricos (podrá ser rico o adinerado un 5% u 10%). Son asalariados o sectores bajos que votaron a los ricos. Cómo se entiende y cómo se los califica, no sé. Es peor de lo tú dices. ¿Me explico?

    Ahora, bien. Me escribes siempre tú y un gran compañero de décadas, Carlos Díaz. Tú y él. No más. El resto, silencio. Hoy ese leal compañero -quien tolera mis malhumores, lo cual ya lo salva y lo lleva a la santidad-, esta tarde me escribíó con respecto a este tema de los pobres que votan a los ricos para que los ricos les roben y peguen. Y me dijo que era una mensaje para tí. Es la reflexión de un profesor universitario de México, Enrique Valencia Lomelí. No lo conozco, pero ha de tener su prestigio ganado. A continuación, en la respuesta y comentario que sigue, incluyo el texto que Carlos Díaz me dice que te haga conocer a tí.

    Amilcar

  4. Amilcar Moretti

    RELATO DE MERCADO

    Carlos Néstor Díaz
    Hoy, 05:29 p.m.
    Sábado 4 de febrero del 2017
    carlosde…@hotmail.com.ar

    «Para tu seguidor Aaron (ROMERO)»

    «Al inicio se genera la necesidad de introducir una reforma. Lo que se dice es que se trata de una reforma indispensable. Incluso se señala que la economía nacional no puede seguir adelante, si no se hace esa reforma. Entonces se busca la legitimidad a nivel nacional, en los medios políticos, académicos, de comunicación, etc. Hay toda una campaña para instalar la legitimidad de la reforma. Luego se busca identificar a los opositores para deslegitimarlos. Según esa narrativa, los opositores están en contra de la reforma porque no hacen un análisis correcto, porque tienen intereses propios, ocultos, etc. Según esta narrativa, el ámbito académico también se opone a la reforma porque los académicos no saben nada de economía nacional, no saben lo que se vive en el mundo. A esto le sigue la etapa que consolida la reforma en términos legales y reglamentarios. Una vez alcanzada la formalización, viene la etapa de festejos de celebración por los cambios. ¡Como si una simple reforma legislativa cambiara la economía nacional! En esta etapa se dice ‘hemos logrado transformar el país’ y lo celebran quienes promueven estas reformas, pero además los organismos internacionales, los medios de comunicación afines, etc.
    «Esta narrativa lleva más de 30 años en México, orientadas por políticas neoliberales. Lejos del desgaste frente a un panorama de escaso desarrollo social -un 50 por ciento de pobreza sostenida y una muy alta desigualdad- la narrativa de mercado se repite y es efectiva»
    (ENRIQUE VALENCIA LOMELÍ, profesor e investigador mexicano)

  5. Amilcar Moretti

    Aaron, si comprendí bien al investigador de México Valencia Lomelí, el proceso en estos casos para establecer economías en contra de las mayorías de los pueblos y hacer que los mismos perjudicados apoyen esas políticas que los perjudica, les baje salarios y los hunde en la desocupación, es más o menos el siguiente: 1) Los de «arriba» primero crean la «necesidad» de hacer un «cambio», una «reforma2 (no se explica en detalle nunca cuál será ese cambio o reforma)aunque las cosas vayan bien, o vayan mejor que antes para pobres y asalariados (con las corruptelas inevitables). 2) Se convence a los pobres y a los del medio que deben votar a los más ricos porque -dicen- los gobiernos populares -o populistas, que distribuyen- son «malos» por alguna razón. 3) Después se aprueban leyes que «legalizan» esas supuestas razones que hacen que los gobiernos que ayudan a las mayorías son perjudiciales para las mayorías. 4) Por último, se instalan ellos, los ricos, y perjudican a las mayorías. O mejor: gobiernan solo para ellos, los ricos y acomodados (un 5 o 10% de la población, a veces hasta un 20 o 25 %). El 75 % queda afuera. Está peor que con los gobiernos populares contra los que votó convencido por el partido de los ricos.
    Creo que, simplificando, Valencia Lomelí dice esto que resumo groseramente.

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