-“¿Tú sabes cómo me encuentro? Como una gata sobre un
tejado de zinc caliente recalentado por el sol…
-Pues salta del tejado Maggie ¡Salta! Los gatos saltan desde los
tejados sin hacerse daño… ¡Anda, salta!”
(“La gata sobre el techo de zinc caliente”, 1958, de Richard Brooks, sobre la célebre pieza teatral homónima de Tennesseee Willims. En cine la interpretaron Elizabeth Taylor y Paul Newman).






COLA DE LA ENCULADA GATA NINA SURICATA
Mientras la Gata Florencia Davidovich está enculada en no escucharme y hacerse la sorda, y no quiere hablar conmigo ni por la ventana ni por la puerta, orgullosa y reofendida, la Gata Nina Suricata tiene su enculamiento por el lado de entrar y salir por mi ventana por las noches y pasarme por la cabeza y mi almohada mientras duermo. Hace también una especie de calesita: sale por otra ventana o puerta e ingresa por la mía y me husmea la cabeza y la cara para ver si duermo en serio. La luz del día le ha activado las hormonas reproductivas y además de ser una eléctrica seguidora como gata (perra) de sulqui, ahora le tocó el instinto de relacionamiento reproductivo. Con la gata Florencia, por el contrario, no hay caso de que se asome a la ventana.

BELLA COLA DE LA ENCULADA FLORENCIA
