LO MEJOR SERÍA QUE SE FUERAN. PERO NO LO VAN A HACER
El columnista, Kenneth Rapoza, lo dice así este jueves 3 de mayo en un fragmento de su nota: “Es hora de salir de la Argentina y salir corriendo. El carry trade es lo que mantuvo al país a flote. Es entonces cuando los inversores de países con bajos intereses obtienen préstamos en sus países para adquirir deuda de otra naciones, que rinde mayor interés. Ese comercio, en la Argentina, es aún menos atractivo, porque –sin importar qué– los inversores en bonos todavía quieren ver un crecimiento (…)”
Lo completa con la siguiente apreciación de Jorge Compagnucci y otras consideraciones propias: “El pensamiento es que podríamos volver a ver una repetición del 2001 en Argentina”, dice Compagnucci, lo que incluye impuestos altísimos y hasta controles de capital. Pero aún: aumento del riesgo de default.” “Los argentinos ya vieron esta película. Alta inflación, un peso fuerte, deudas que crecen. En la década de 1990 y hasta 2001, el ministro de Economía, Domingo Cavallo, quería un peso fuerte y fijó el dólar en 1-1. La carga de la deuda fue de US$ 63.000 millones en la década de 1990 y, en 2001, llegó a US$ 137.000 millones en 2001.
Escribe
AMILCAR MORETTI
Cabe aclarar que “carry trade” es un mecanismo o maniobra por la cual inversores financieros de ganancias rápidas, no productivas, piden a sus gobiernos préstamos a bajos intereses y compran en países como la Argentina papeles, letras o bonos que rinden altísimos intereses. De ese modo, el país deudor obtiene algunos dólares a cambio de intereses muy altos que debe usar en su casi totalidad para pagar esos mismos intereses en corto plazo, sin contar parte de ese dinero que se fuga sin control. El “carry trade” perjudica a los países como el nuestro que acuden a ellos para tener unos pesos por poco tiempo. Los “corralitos” sirven para eso: poner un límite a la fuga de dinero y a la entrada de dinero que compra barato y cobra caro.