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MARIELA MUÑOZ NECESITA AYUDA, NUESTRA AYUDA, LA AYUDA DE TODOS

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La justicia en la ciudad de Buenos Aires ordenó otorgar un subsidio mensual a cinco mujeres transexuales mayores, entre ellas Mariela Muñoz, muy conocida en la década del 90 por haber criado a 23 niños de entre 40 días y 14 años y haber sufrido no solo discriminación social sino judicial y toda clase de maltratos. Hoy Mariela Muñoz tiene 70 años y no puede cubrir sus necesidades básicas, dado que tiene dificultades para ver, oír y caminar, por haber sufrido un accidente cerebro vascular. No percibe jubilación ni pensión.

 

Mariela Muñoz.jpg

 

 

Escribe
AMÍLCAR MORETTI
Jueves 17 de octubre 2013
La Plata

 

 

                       7 a Amilcar Moretti. autorretrato. Blog. P2250134La mañana fría del 29 de mayo de 1997 me enviaron del diario para que hiciese un reportaje y escribiera una nota sobre Mariela Muñoz, una mujer transexual (quirúrgicamente intervenida en 1981 en Chile), cuya cualidad sobresaliente fue siempre el aguerrido ánimo y pensamiento para convertirse íntegramente en lo que sentía ser, mujer y madre,  y, sobre todo, su inmensurable entrega maternal que la llevó a criar al menos 23 niños de entre 40 días y 14 años, muchos de los cuales -en ese 1997- ya llevaban una armónica vida matrimonial como padres y madres de familia gracias a los cuidados, la ternura el amor de Mariela, los únicos que habían recibido del maternazgo.

 

 

              Nunca nadie me explicó porqué me eligieron a mí para esa nota, pero imagino que fue, por un lado, porque nadie quería “implicarse” en la situación, mucho menos con firma en una nota central de dos páginas. Y porque desde antes de diciembre de 1983 fui el primero en la ciudad que habló en público y escribió en la prensa escrita y televisión sobre sexualidad, lo cual en breve me dio disgustos y a la larga me obligó -entre otras razones semejantes- a abandonar después de 16 años de carrera jefaturas ambiciadas por muchos. (No me arrepiento ni lamento, lo señalo y recuerdo para no olvidar y para que se sepa. Por lo demás, me permitió ganarme la vida con esfuerzo con lo que yo quería, la escritura).  Hay que recordar que, como herencia de la última dictadura militar y civil (1976-1983), bastante entrada la década del 80 aún no se mencionaban palabras como “orgasmo” y mucho menos semen o flujo vaginal, además de ser inimaginable decir por escrito en prensa algo como penetración anal en el amor. Sé de “comitivas” clericales que fueron a solicitar “informalmente” mi expulsión o “retiro” de mi trabajo profesional, y me consta que siempre fui defendido por el propietario de la empresa.

Hoy cuento sobre esos “silencios” de palabras inombrables a  periodistas jóvenes y no tanto, y no me creen. No debiera resultar extraño: durante toda la década del 90, con el conservadurismo retardatario de Cavallo-Menem, resultaba impropia y en desuso la palabra “pueblo”. Ya desde 1976 sucedía, pero en democracia institucional desde el gobierno de Alfonsín, la ausencia de la noción de “pueblo” era notoria y notable. Podía haber comunidad, quizás ciudadanía, pero no pueblo. En su lugar se impuso en esa época la palabra “gente”, típica de la Colonia y de uso hasta las elecciones de 1914 que dieron el triunfo electoral al populismo de la Unión Cívica Radical de Hipólito Yrigoyen. El pueblo, en tiempo yrigoyenista, era la “chusma”, como con Perón, después, fue la “negrada” y los “negros”. Entonces, claro, el “orgasmo” no existía.

 

 

                   Las cosas, quizás, se podían hacer o sentir, pero no nombrar, repetía y escribía en mis columnas a cada rato.   Porque si no se las nombra, esas cosas no existen, o es como si no existieran, y si es como que no existen, entonces no hay que preocuparse ni comprometerse ni sentirse responsable. Uno no se preocupa por lo que no existe, así que, por favor, no se nombren asuntos como “sexo” o “placer sexual”. No habían existido los desaparecidos, como en un momento lo definió claro y  “filosóficamente” el burro sofista Videla, militar degradado y genocida. En su desgraciada vida había leído un libro, pero con los desaparecidos que él y otros como él ordenaron torturar, violar y quemar, tenía el tupé de “filosofar”. Un sofista charlatán de los peores, que hubieran vuelto locos a Sócrates y Platón.

 

 

                Recuerdo que por esa charla amena y nota sobre  la más que amable Mariela Muñoz en su humilde y casi vacía casita de Quilmes (si mal no recuerdo) con calle de tierra, solo habitada por ella y por chicos que estaban en refugio -los mayores ayudando al cuidado de los más pequeños, todos hermanos aunque no fueran de los mismos padres biológicos-, por la publicación de esa nota una vez me amenazaron con iniciarme una causa judicial a raíz de mencionar a tres menores que habían sido arrebatados de la custodia amorosa de Mariela. Se sabe, los menores no pueden ser mencionados en la prensa pública cuando figuran en causas judiciales, pero esos nombres yo los habían publicado de revistas de alta circulación y, en cualquier caso, no me dí cuenta del error, porque si no no hubiera no hubiera caído en distracción. Ya se sabe, un cura católica puede hacer fellatio y sodomizar a menores a su cargo y andar libre aún después de ser condenado a prisión por la justicia, pero la equivocada reiteración de algunos nombres ya conocidos merece una condena ejemplar, o bien amargarle vida al autor. Ya se sabe, se pueden secuestrar niños y torturar y violar a miles de desaparecidas políticas, y justicia callar la boca, para el circular libre del psicópatas asesinos, pero es rígidamente reprobable que por distracción se mencione a tres chicos que eran apartados de la única relación de amor, y no de abuso, que habían tenido en sus cortas y martirizadas vidas anteriores a Mariela.

 

 

            “Nadie mira en las piernas de nadie para criar a otra persona, y mucho menos la persona criada ha mirado entre las piernas de quien la ha criado, para poder -con la fuerza legítima que da el lenguaje- decirle mamá. Sólo se dice mamá -en cualquier idioma- a la persona que nos ha dado de “mamar”. Y cuando decimos mamá apuntamos a la persona que nos ha sostenido, nos ha abrigado, nos ha hablado balbuceante, nos ha mirado y nos ha contagiado con su humanidad. Solo otro ser humano humaniza. Porque “los lobos” “lobenizan” , y las computadoras “computadorizan”. Si la ley es el padre que desde el fondo de los microscopios intenta recuperar para sí el “copyright” del producto, sepamos que es un padre que, humanamente, está ausente. Es solo letra del código, papel entintado, crisol de nuestra regulación social, pero …deshumanizado. Madre es todo aquello que ha estado presente y nos ha sostenido en nuestra profunda indefensión biológica, en nuestra prematurez como personas en nuestro “analfabetismo afectivo”. Madre es de carne y hueso, tiene olor y respira. Ley es letra que nos ordena y que nos encasilla pero que, por su propia estructura, no les es posible reconocer la humanidad que la ha instituído”, escribió en defensa de Mariela Muñoz el doctor Juan Carlos Kutnetzzof, uno de los más destacados y de más larga trayectoria en la sexología argentina. 

 

 

En mayo de 1993 Mariela y su marido Jorge fueron detenidos por “falsificación de documentos y sustracción de menores”. Mariela, nacida como Leonardo, era mujer transexual y había tmado a su cargo la crianza de chicos abandonados por sus padres, o entregados voluntariamente por sus progenitores biológicos. La escena de separación de Mariela de sus chicos fue desgarradora: los niños gritaban y lloraban “no nos abandones mamá”. Lo vivían como un desgarro más, como una segunda desmaternización brutal. Los detenidos fueron encarcelados en la secccional primera de Berazategui y un comisario declaró, por conocimiento propio de la zona, que “la crianza de los tres menores fue excelente”, acostumbrado como estaba a ver chicos de la calle abandonados a la desgracia y tachear en las latas de basura para comer. Tiempos de Menem y Cavallo.  

 

 

                  De la defensa de Mariela se hizo cargo  la doctora Liliana Covello. y el caso fue trasladado a los tribunales de Quilmes. Mariela -dijo Kusnetzoff- es un varón -genéticamente hablando- operado con gran suceso en Valparaíso, Chile, en el año 1981, por el profesor McMillian, de amplia y profunda experiencia en el tema en ese momento. El caso de Mariela tuvo repercusión en Estados Unidos y en varios países europeos, entre los más desarrollados. Se filmó una película sobre ella. Después, hubieron de pasar 30 años para que en la Argentina, en la ciudad de La Plata fueran legitimadas y legales (y gratuitas) intervenciones quirúrgicas de similar naturaleza a la de Mariela (en los países que existe se paga y muy caro) , con el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, que, además, aprobó la ley de identidad de género y de matrimonio igualitario (entre personas del mismo sexo), lo que ha colocado a la Argentina entre los países con legislación más avanzada al respecto, incluida la vieja y liberal Europa, hoy convertida en una vieja y horrenda puta encargada de la fellatio a Estados Unidos y la higiene lingual del ano norteamericano. 

 

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En la edición del jueves 3 de octubre pasado, el diario Página12 de Buenos Aires, informa: “La jueza María Elena Liberatori ordenó que el gobierno porteño le otorgue “subsidios extraordinarios y reparatorios” a cinco mujeres trans mayores, por los años de marginación y discriminación que padecieron, tras la presentación de amparos realizada por organizaciones de la diversidad sexual. Lo hicieron después de que no prosperara el tratamiento de un proyecto de ley en ese sentido, por la negativa del PRO.

 

             “Una de las beneficiarias de la sentencia es Mariela Muñoz, una mujer trans que luchó contra la policía y luego la Justicia para que se la reconozca por su identidad autopercibida y se le diera la tenencia de algunos de los 23 niños y niñas que había criado. En 1997, con nuevo DNI obtenido vía judicial, fue precandidata a concejal en Quilmes por la lista del Partido Justicialista. Hoy, con 70 años, no puede cubrir sus necesidades básicas y le cuesta ver, oír y caminar, como consecuencia de haber padecido un ACV. No percibe jubilación ni pensión.

 

                   “La medida judicial favorece además a Marlene Jaimes, Julieta Romero, Norma Giraldi y Yanina Moreno. El fallo de Liberatori ordena a la administración de Mauricio Macri otorgarles a las cinco “subsidios extraordinarios y reparatorios equivalentes al salario mínimo vital y móvil”.

 

                  “La orden judicial tuvo lugar a partir de las acciones de amparo presentadas por la Mesa Nacional por la Igualdad, la Federación Argentina LGBT y la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgénero (Attta). Los pedidos de subsidio, que se justifican en los años en que les fueron cercenados todos sus derechos al punto de dejarlas incapacitadas para cualquier actividad laboral, “comprenden la reparación de los daños y perjuicios sufridos como consecuencia de la discriminación y violencia institucional generalizada, constante y directa, con un estado de la Ciudad ausente y muchas veces promotor de la misma”.

 

             “De acuerdo con un informe realizado por la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, el promedio de vida de las personas trans en suelo porteño es de 35 años, producto de esa exclusión. “Las estadísticas exponen que las personas trans que han alcanzado la edad de cuarenta años pueden ser consideradas verdaderas sobrevivientes aunque, sin dudas, esa edad las encuentra en su mayoría excluidas de todo ingreso, beneficio social, previsional o jubilatorio, por las hostiles condiciones sociales y culturales en que se han desarrollado. Por eso, estas acciones intentan reparar algo por esos años de sufrimiento y derechos vulnerados”, opinó la legisladora María Rachid, secretaria general de la Mesa Nacional por la Igualdad.

 

                “La diputada por el FpV había presentado un proyecto de ley para fijar asignaciones para personas trans mayores en la Ciudad, pero el PRO bloqueó su tratamiento. En tanto, el Ejecutivo porteño se expidió en contra de la iniciativa a través de la subsecretaria de Promoción Social, Guadalupe Tagliaferri.”

 

 

                En el libro que la escritora de Bahía Blanca Marita Ganuza  publicó en 1996 sobre Mariela, protagonista ahora en la pobreza me dedicó “con todo cariño”, se lee: “En una humilde casita de los suburbios de Buenos Aires, una mujer grandota de largo pelo rojo acuna entre sus brazos a una neita que acaba de nacer. Otros chicos la rodeasn y le dicen mamá; esperan turno para recibir su amor. Tiene la radio puesta, una triste vieja radio. No escucha las noticias, no escucha el miserable fallo de un representante de la justicia. Solo escucha su corazón”. (“Mariela, más allá de los hombres”, pág. 318, Torres Agüero Editor, Buenos Aires, 1996)

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11 Comentarios

  1. Marta Vedio

    Felicitaciones por la nota. Llama a las cosas por su nombre.

  2. Ana Maria Urriels

    Tiene todo el derecho como cualquier otra persona a percibir una pensión pero, me pregunto: PUDO CRIAR A 23 CHICOS Y AHORA QUE ELLA LOS NECESITA NINGUNO PUEDE AYUDARLA?

  3. Amilcar Moretti

    Gracias por escribir y preguntar. Tal vez la ayuden, no lo sé, toda gente sencilla y muy esforzada. De todos modos, no tiene que depender de la caridad de hijos adoptados para que crecieran en familia, desde bebés hasta adolescentes.Merece su jubilación. Yo hablé con ella hace años y era fuerza y voluntad puras. Sufrió rechazos y persecuciones, no lo hacía por plata. Vidas muy sufridas. No creo que haya que agregar reproches. Cada uno hace lo que puede y sabe. Me inclino por ayudar y no por añadir más dolores con preguntas sin respuesta.
    Gracias Ana María por escribirme: Eres la primera que lo hace sobre el tema después de tanto
    tiempo de publicada la nota.
    Un abrazo.
    Amílcar Moretti

  4. Amilcar Moretti

    Gracias, Marta. Sé que Mariela es una persona a la que castigaron mucho siempre, desde la niñez, y ella siempre respondió con ayuda al otro, sin plata, con el cuidado mutuo, la colaboración de los mayores a los menores y el esfuerzo para que todos tuvieran escuela, salud y fiestas de cumpleaños y fin de año. Y calor en el invierno y comida.
    Amilcar Moretti

  5. Amilcar Moretti

    Una gran trabajadora. Tuve la grata oportunidad de conocerla y hablar largamente con ella, en su casa, hace años. Una casa repleta de niños y jóvenes abandonados o huérfanos de los que ella se había hecho cargo. Trabajaban en un orden armonioso pero estricto de solidaridad mutua, en que los más grandes se ocupaban del cuidado de los más pequeños. Nuestra larga charla, que publiqué en una nota en el diario EL DIA de La Plata, fue a mediados de los años 90 y ella en ese momento soportaba con coraje y lucidez ideológica el ataque y cerco a que era sometida por alguna campaña mediática malintencionado e ignorante, además del rechazo del orden judicial que recién comenzaba a desayunarse sobre cuestiones de género y la diversidad sexual. Hoy, en un momento político-cultural-sexual restaurador el recuerdo de Mariela me lleva a preguntarme sobre la calidad infrecuente de su coraje tanto ciudadano como sexual. Recuerdo haberme ganado algunos enemigos más por el solo hecho de escribir sobre Mariela destacando su valentía social y solidaridad. En ese momento en su barrio del Gran Buenos Aires era muy querida, todos la conocían y, yendo desde La Plata y sin conocimiento de calles, tengo muy presente que varios vecinos me guiaron con simpatía y agrado para ubicar la modesta y honesta casa-hogar de Mariela Muñoz. La respeto siempre, esté donde esté. Soy de los que piensan y sienten que a las personas valiosas hay reconocerlas en vida. Bienvenidos, igual, tu recuerdos y de otros muchos.
    AMILCAR MORETTI

  6. Carolina Díaz

    Amilcar, leí la nota y te agradezco el compromiso que demostraste en involucrarte en la historia de Mariela en su momento, el acompañarla y escucharla, debe haber sido muy emotivo, el vivir la lucha de una madre por sobre todo, ella fue una persona llena de amor que será recordada por siempre. Soy estudiante del Iser y estoy escribiendo un guión documental sobre la vida de Mariela y la lucha por sus hijos, tu nota me emocióno. Un saludo afectuoso. Carolina Díaz.

  7. Amilcar Moretti

    Muchas pero muchas gracias Carolina por tu comentario. Me emocionó. No es habitual que me hagan llegar esos comentarios, menos aún sobre temas como el de Mariela. Política, sexo y dinero son,siempre, temas en disputa. A mí me halagó que pensaran en mí para entrevistar a Mariela, y pienso que otros (muchos) se hubieran negado. Era un tiempo en que se empezaba a hablar, poco, sobre esa parte de lo Real. Y pocos se animaban, con conveniencia.
    En cuanto a Mariela, la recuerdo bien a ella. También detalles de su casa, humilde y decorosa. Podría ser mi casa, solo que ella tenía pocos objetos. Pero, al pensar mientras escribo esto, me doy cuenta que Mariela tenía muchas personas, hijos e hijas a su lado. Algo importante, se me ocurre: no los “tenía”. Los amparaba y daba afecto, cariño, y les enseñaba. Les enseñaba a cuidarse unos a otros, unas a otras, unas a otros y otros a unas. Los más grandes cuidaban de los más chicos, bebés. Ella, Mariela, daba la enseñanza y organizaba un orden no autoritario (un ordenamiento no tiene porqué ser autoritario) en que todo funcionaba, o funcionaba como el de muchas otras familias, tal vez mejor.
    Aunque te parezca mentira con ese tipo de notas me ganaba el…el…odio y rencor de un sector notable de la gente. Un difuso pero perceptible resentimiento hacia mí. Me lo han explicitado. Incluso, recuerdo, una abogada y funcionaria del poder judicial me formuló cara a cara una amenaza velada en torno a que “no quería (pero podía, “si quería”) denunciarme” por haber mencionado un detalle. Lo cierto es que, cuando yo estuve en la cocina de la casa de Mariela, tomamos mate, hablé con una señora de origen humilde y sólida formación ilustrada en materia de género y sexualidad, y derechos sociales y civiles. Estaba fuerte, bien parada, sólida y con gran decisión. Había logrado ser respetada y escuchada. Tenía su compañero o pareja, en ese momento. Y no era afectada. Era una gran Mina. Una Gran Mina. Lo digo de otra forma: Una Gran Mina Persona. O Persona Mina. Gran Mujer. Gran Hembra. Y su situación final, bueno, no sé qué decirte: se me ocurre que dio todo y no se guardó nada. Todo para los otros y nada para ella. Mucho coraje. Hay que ser valiente para eso. Voy a hacer un chiste inapropiado (o apropiado, no sé): Hay que ser muy macho para quedarse sin nada por haber dado todo.

  8. Carolina Díaz

    Gracias nuevamente, no solo ilustras con palabras, puedo decirte que al leer, logras que uno se transporte al momento que viviste junto a ella, y eso es único, es inmenso y profundo. Es cierto que hay temas que son castigados con un enorme prejuicio, sin ver el alma del tema, pero los que tienen el látigo en mano son aquellos que carecen de amor al prójimo, solo creen tener la razón y el poder para juzgar sin piedad y te diria con envidia por ser ellos unos incapaces de sentir, y no sentir más que odio ha de ser realmente muy triste.Han pasado los años y Mariela como bien decis, lo dió todo y aqui estamos recordándola, manteniendo viva su lucha. Te envio un abrazo.

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