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(La Imagen de tapa fue compuesta el 7 de octubre del 2022 por Amilcar Moretti sobre la base de un original en color que permaneció inédito hasta hoy).
El círculo de los autores y las modelos en la historia del arte.
Las modelos rotan, algunas aparecen y desaparecen. Las modelos de desnudo en fotografía, digo. Esa rotación a veces es lenta y el dúo autor-modelo subsiste por períodos significativos, un año, dos. Después, siempre, casi siempre, la modelo opta por ausentarse, por abandonar al fotógrafo. Otras posibilidades, otros trabajos, otras fantasías. Eso se vive como una huida y vacío en lo afectivo. Aún en nuestra sociedad de capital y puritana, neoliberal y financiera, con libertad de mercado para los poderosos, subsisten prejuicios, presunciones. En casos, abusos. No son solo los abusos de la heterosexualidad patriarcal sino los abusos del Capital. Nunca se habla de los abusos en lo lesbiano o múltiples diversidades donde una tiene el poder y la otra es sometida. ¿Dialéctica de Ama-Esclava o la angelización de lo mariano? El Capital. El amor -a menos el amor tradicional, «romántico» se disuelve, y parece ser reemplazado por una genitalidad en que priva no el placer sino lo biológico, lo rústico, la sangre sin afectividad. Flujos. Se ama cada vez menos, y probablemente aún menos se coja con goce afectuoso, la gratitud hacia el otro, la otra. Se coje (de «cojer», no de coger) pero no se sabe del goce de la caricia, de la piel, la lentitud, el gusto a sal, el tiempo largo cuerpo a cuerpo. Las modelos, a veces, son muy frías y crueles, toman su revancha y abandonan. Los artistas, los creadores no cotizan. Y en muchos casos, casi la generalidad, la sexualidad ha perdido la eroticidad ganada en los últimos dos o tres siglos y se desperdicia de forma mercantil y grasa en imágenes que las propias mujeres, las «modelos», venden como «contenidos» digitales-virtuales, previo depósito en banco. Otra forma, no del amor, de la deshumanización por imperio del financiarismo de casino, sin trabajo, y donde el capital produce (fabrica, digo) dinero, no productos. En ese proceso el autor, el artista corre el riesgo de degenerar en el sentido de «MEPHISTO» de István Szabó, la película de principios de los años 80 en que Klaus Marúa Brandauer vende, literalmente, su alma al Diablo, es decir, el Capital. Hitler.
AMILCAR MORETTI

