«Golpes suaves» o «golpes blandos» llaman a los nuevos golpes de Estado que han sustituido a los descalificados antiguos golpes militares. Organizados por servicios de inteligencia, ya probados en varios lugares del mundo (la «hiperinflación» y saqueos que desalojaron a Alfonsín tuvieron más un inicio político planificado que razones económicas reales). Hay varios tipos de golpe de Estado nuevos: financieros o de mercado (como el intentado y fracasado hace unos días en Argentina), mediáticos, de caos social estimulado, de rebeldías policiales, de amotinamientos cuartelarios de fuerzas militares (ej.: «carapintadas»), de grandes atentados terroristas, de movilizaciones multitudinarias cuyos organizadores y propósitos no están claros, de inacción de fuerzas de seguridad en casos de violencia y muchos más, entre los cuales están los de combinación de diferentes modos. Un ensayista norteamericano enumera 198 golpes de Estado «suaves». Replica simplemente lo ya probado y teorizado, en diferentes circunstancias, momentos y países, por la comunidad de inteligencia norteamericana, creadora de las «guerras» y «revoluciones» poscomunismo. El detalle -la excusa del escritor- radica en que él enumera esas 198 formas ilegales e ilegítimas de tomar o cambiar el gobierno (no el PODER), aún con el apoyo de multitudes (como en Egipto, por ejemplo), al aducir que sirven para pasar de la «dictadura a la democracia». En Egipto hoy, por ejemplo, no hay democracia ni paz ni mejoría social.
Miércoles 19 de febrero 2014. Argentina.
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Cinco pasos para derrocar un gobierno
Diario Registrado
Publicado el 19/02/2014