Hermoso. ¿Qué hacía esa curiosa ahí? ¿No te estaría vigilando a vos?
Amilcar MorettiPost Author
Es curiosa. Dicen que la curiosidad mata al gato. Mona es curiosa por vocación y naturaleza.Yo no creo que vigile, más bien aprende o se deleita. Ella tuvo lo suyo: en su primera preñez, hubo dos gatos machos con ella. Por el ruido en el techo de chapa se vinculó con los dos, y no sé cuál fue el padre de sus cachorros. A Mona la recogí en la puerta de casa. Le hablé una vez y no se despegó más del frente de mi casa. Dicen que es sobreviviente de la inundación. Tengo dos gatas, Mona, que es joven, y Susta Gómez que ya es grande y duerme todo el día. Hubo una hija de Mona (resultado de esa fiesta de helada de invierno en madrugada sobre techo de chapa que parece ser tolerable de a tres y en estado apasionado), pero era tan inquieta y afectada de gula que no podía contener sus ansias nocturnas de salir a “tachear” (revolver en los tachos-bolsas de basura).Se la comieron los perros. Como que murió en su ley. Quedaron Mona, la de las fotos, que mira de curiosa nomás, y Susta, que no quiere ver a nadie. Tampoco se banca a Mona, que en cierta medida redujo la atención que antes concentraba ella sola. Ahora mismo Mona tiene tres pretendientes (aunque está esterilizada): uno de ese trío de machos es hermoso, todo un pompón blanco y gris. Están gran parte del día en los alféizares de las ventanas, juntos, durmiento, esperando. El tema es que sus gotas hormonales de testosterona pueden llegar a matarte. Admiradores vecinos que, en realidad, no sé de dónde vienen o donde viven. Se nota que están cuidados. La cuestión es que no se puede dejar una puerta o persiana abiertas porque suelen ingresar y pasearse por la casa sigilosamente, sin que uno lo note. Hasta que -tratamos de impedirlo con sumo cuidado- dejan su rastro de fragancia de sátiros gatunos. En fin, unos caraduras.
Carlos Diaz
Muy linda historia y muy bien contada, además. Tanto que, discúlpame pero concentré toda mi atención en Mona.
Amilcar MorettiPost Author
Muy oportuno tu comentario. Demuestra una percepción fina. Me explico: yo no hago fotografía erótica. Yo hago fotografía de desnudo femenino. El desnudo no siempre es erótico. Por ejemplo: las imágenes de prisioneras desnudas en el campo de extermino de Auschwitz no son eróticas, al menos en términos “convencionales” (en términos psicopatológicos no lo sé). Igual pasaría con una imagen de prisionera desnuda en la ESMA argentina. O una chica apaleada en una comisaría, fotografiada desnuda contra la pared. Bueno, hecha esta primera aclaración, que repito siempre, reitero también lo que digo a cada rato de mi producción de imágenes de desnudo de mujer: sí, debe verse un cuerpo desnudo. Debe ser el centro, pero con una centralidad que no sea excluyente ni absolutamente absorbente. Por eso, trato de escenificar con objetos cotidianos alrededor del cuerpo desnudo. O los detalles de la habitación o espacio en que se encuentra el cuerpo desnudo. Fotografía, digo con más precisión, personas mujeres con cuerpo desnudo. Pretendo que sea un cuerpo desnudo en el mundo. En su ambiente, en un espacio, en un decorado, digamos. Eso le resta erotismo (que no es malo, por supuesto) pero resta de un erotismo solo sexualizado, o genitalizado. En cualquier caso deseo que mi erotismo en imágenes no resulte genitalizado. Para eso hay otro tipo de fotos. Y por eso también trato de elegir chicas comunes. Por supuesto que las bellas son bienvenidas, pero bellas del mundo cotidiano. Y para ser bella hay que ser expresiva. Yo uso el término o concepto “dramático”. Para que un desnudo o cualquier objeto sea bello en una imagen, en una pintura, por ejemplo, o una foto, debe ser dramático. Es decir, debe contener conflicto, cierta tensión. No necesariamente dolorosa o lacrimosa. Tensión, conflicto, drama. Y para eso uso el contexto del mundo. A veces puede ser solamente una luz, un tipo de iluminación. Los cuerpos desnudos en imagen están bien, los acepto, eróticos o no eróticos. Yo busco que lo erótico no sea indispensable o imprescindible. Sí busco que el desnudo, por sí mismo o por contextualización, por puesta en escena, posea y exponga cierta tensión, simple curiosidad a veces, en el espectador, en el que mira. Martínez Estrada decía que los grandes libros se distinguen porque al leerlos dan miedo. Algo así es lo que busco, o exploro. Sí el espectador se pregunta en torno a la gata junto a la linda modelo desnuda sobre la mesa de la cocina después del desayuno, mi expresión está cumplida. Y eso me halaga mucho.
Gracias, Carlos, como siempre.
Amilcar MorettiPost Author
Muy oportuno tu comentario. Demuestra una percepción fina. Me explico: yo no hago fotografía erótica. Yo hago fotografía de desnudo femenino. El desnudo no siempre es erótico. Por ejemplo: las imágenes de prisioneras desnudas en el campo de extermino de Auschwitz no son eróticas, al menos en términos “convencionales” (en términos psicopatológicos no lo sé). Igual pasaría con una imagen de prisionera desnuda en la ESMA argentina. O una chica apaleada en una comisaría, fotografiada desnuda contra la pared. Bueno, hecha esta primera aclaración, que repito siempre, reitero también lo que digo a cada rato de mi producción de imágenes de desnudo de mujer: sí, debe verse un cuerpo desnudo. Debe ser el centro, pero con una centralidad que no sea excluyente ni absolutamente absorbente. Por eso, trato de escenificar con objetos cotidianos alrededor del cuerpo desnudo. O los detalles de la habitación o espacio en que se encuentra el cuerpo desnudo. Fotografío, digo con más precisión, personas mujeres con cuerpo desnudo. Pretendo que sea un cuerpo desnudo en el mundo. En su ambiente, en un espacio, en un decorado, digamos. Eso le resta erotismo (que no es malo, por supuesto) pero resta de un erotismo solo sexualizado, o genitalizado. En cualquier caso deseo que mi erotismo en imágenes no resulte genitalizado. Para eso hay otro tipo de fotos. Y por eso también trato de elegir chicas comunes. Por supuesto que las bellas son bienvenidas, pero bellas del mundo cotidiano. No las “perfectas”, las de tapa de revistas, sino las de entrecasa, las de la calle. Y para ser bella hay que ser expresiva. Yo uso el término o concepto “dramático”. Para que un desnudo o cualquier objeto sea bello en una imagen, en una pintura, por ejemplo, o una foto, debe ser dramático. Es decir, debe contener conflicto, cierta tensión. No necesariamente dolorosa o lacrimosa. Tensión, conflicto, drama. Y para eso uso el contexto del mundo. A veces puede ser solamente una luz, un tipo de iluminación. Los cuerpos desnudos en imagen están bien, los acepto, eróticos o no eróticos. Yo busco que lo erótico no sea indispensable o imprescindible. Sí busco que el desnudo, por sí mismo o por contextualización, por puesta en escena, posea y exponga cierta tensión, simple curiosidad a veces, que inquiete al espectador, al que mira. Martínez Estrada decía que los grandes libros se distinguen porque al leerlos dan miedo. Algo así es lo que busco, o exploro. Sí el espectador se pregunta en torno a la gata junto a la linda modelo desnuda sobre la mesa de la cocina después del desayuno, mi expresión está cumplida. Y eso me halaga mucho.
Gracias, Carlos, como siempre.
AARON ROMERO
Amilcar, maestro amigo, coincido en su totalidad en el primer comentario del amigo Carlos, una historia bien contada y con su tono de drama y chispa a la vez, la historia de Mona la gatuna… muy bien las imágenes que nos deleitan y efecto la fotografía de desnudo que nos comparte, con sus lineas de igual manera excelsas, directas y reveladoras de su quehacer artístico, periodístico y critico de la cultura, que tanta falta nos hace en nuestra querida América , vilipendiada y sufrida por las hordas nefastas del neo liberalismo, pero en fin me centro en tres cosas que ya nos revelo-confeso-descubrió cual mirada felina, de nosotros o en mi caso, que lo admiro por su sensibilidad para con la lente y la pluma , centrarse en el desnudo de la bella modelo su alrededor y la mirada sigilosa pensante y/o interrogativa de mona… y bien susta que o quier ver a nadie…..saludos master.
AARON ROMERO
Amilcar, maestro amigo, coincido en su totalidad en el primer comentario del amigo Carlos, una historia bien contada y con su tono de drama y chispa a la vez, la historia de Mona la gatuna… muy bien las imágenes que nos deleitan y en efecto la fotografía de desnudo que nos comparte, con sus lineas de igual manera excelsas, directas y reveladoras de su quehacer artístico, periodístico y critico de la cultura, que tanta falta nos hace en nuestra querida América , vilipendiada y sufrida por las hordas nefastas del neo liberalismo, pero en fin me centro en tres cosas que ya nos revelo-confeso-descubrió cual mirada felina, de nosotros o en mi caso, que lo admiro por su sensibilidad para con la lente y la pluma , centrarse en el desnudo de la bella modelo su alrededor y la mirada sigilosa pensante y/o interrogativa de mona… y bien susta que no quiere ver a nadie…..saludos master.
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Hermoso.
Hermoso. ¿Qué hacía esa curiosa ahí? ¿No te estaría vigilando a vos?
Es curiosa. Dicen que la curiosidad mata al gato. Mona es curiosa por vocación y naturaleza.Yo no creo que vigile, más bien aprende o se deleita. Ella tuvo lo suyo: en su primera preñez, hubo dos gatos machos con ella. Por el ruido en el techo de chapa se vinculó con los dos, y no sé cuál fue el padre de sus cachorros. A Mona la recogí en la puerta de casa. Le hablé una vez y no se despegó más del frente de mi casa. Dicen que es sobreviviente de la inundación. Tengo dos gatas, Mona, que es joven, y Susta Gómez que ya es grande y duerme todo el día. Hubo una hija de Mona (resultado de esa fiesta de helada de invierno en madrugada sobre techo de chapa que parece ser tolerable de a tres y en estado apasionado), pero era tan inquieta y afectada de gula que no podía contener sus ansias nocturnas de salir a “tachear” (revolver en los tachos-bolsas de basura).Se la comieron los perros. Como que murió en su ley. Quedaron Mona, la de las fotos, que mira de curiosa nomás, y Susta, que no quiere ver a nadie. Tampoco se banca a Mona, que en cierta medida redujo la atención que antes concentraba ella sola. Ahora mismo Mona tiene tres pretendientes (aunque está esterilizada): uno de ese trío de machos es hermoso, todo un pompón blanco y gris. Están gran parte del día en los alféizares de las ventanas, juntos, durmiento, esperando. El tema es que sus gotas hormonales de testosterona pueden llegar a matarte. Admiradores vecinos que, en realidad, no sé de dónde vienen o donde viven. Se nota que están cuidados. La cuestión es que no se puede dejar una puerta o persiana abiertas porque suelen ingresar y pasearse por la casa sigilosamente, sin que uno lo note. Hasta que -tratamos de impedirlo con sumo cuidado- dejan su rastro de fragancia de sátiros gatunos. En fin, unos caraduras.
Muy linda historia y muy bien contada, además. Tanto que, discúlpame pero concentré toda mi atención en Mona.
Muy oportuno tu comentario. Demuestra una percepción fina. Me explico: yo no hago fotografía erótica. Yo hago fotografía de desnudo femenino. El desnudo no siempre es erótico. Por ejemplo: las imágenes de prisioneras desnudas en el campo de extermino de Auschwitz no son eróticas, al menos en términos “convencionales” (en términos psicopatológicos no lo sé). Igual pasaría con una imagen de prisionera desnuda en la ESMA argentina. O una chica apaleada en una comisaría, fotografiada desnuda contra la pared. Bueno, hecha esta primera aclaración, que repito siempre, reitero también lo que digo a cada rato de mi producción de imágenes de desnudo de mujer: sí, debe verse un cuerpo desnudo. Debe ser el centro, pero con una centralidad que no sea excluyente ni absolutamente absorbente. Por eso, trato de escenificar con objetos cotidianos alrededor del cuerpo desnudo. O los detalles de la habitación o espacio en que se encuentra el cuerpo desnudo. Fotografía, digo con más precisión, personas mujeres con cuerpo desnudo. Pretendo que sea un cuerpo desnudo en el mundo. En su ambiente, en un espacio, en un decorado, digamos. Eso le resta erotismo (que no es malo, por supuesto) pero resta de un erotismo solo sexualizado, o genitalizado. En cualquier caso deseo que mi erotismo en imágenes no resulte genitalizado. Para eso hay otro tipo de fotos. Y por eso también trato de elegir chicas comunes. Por supuesto que las bellas son bienvenidas, pero bellas del mundo cotidiano. Y para ser bella hay que ser expresiva. Yo uso el término o concepto “dramático”. Para que un desnudo o cualquier objeto sea bello en una imagen, en una pintura, por ejemplo, o una foto, debe ser dramático. Es decir, debe contener conflicto, cierta tensión. No necesariamente dolorosa o lacrimosa. Tensión, conflicto, drama. Y para eso uso el contexto del mundo. A veces puede ser solamente una luz, un tipo de iluminación. Los cuerpos desnudos en imagen están bien, los acepto, eróticos o no eróticos. Yo busco que lo erótico no sea indispensable o imprescindible. Sí busco que el desnudo, por sí mismo o por contextualización, por puesta en escena, posea y exponga cierta tensión, simple curiosidad a veces, en el espectador, en el que mira. Martínez Estrada decía que los grandes libros se distinguen porque al leerlos dan miedo. Algo así es lo que busco, o exploro. Sí el espectador se pregunta en torno a la gata junto a la linda modelo desnuda sobre la mesa de la cocina después del desayuno, mi expresión está cumplida. Y eso me halaga mucho.
Gracias, Carlos, como siempre.
Muy oportuno tu comentario. Demuestra una percepción fina. Me explico: yo no hago fotografía erótica. Yo hago fotografía de desnudo femenino. El desnudo no siempre es erótico. Por ejemplo: las imágenes de prisioneras desnudas en el campo de extermino de Auschwitz no son eróticas, al menos en términos “convencionales” (en términos psicopatológicos no lo sé). Igual pasaría con una imagen de prisionera desnuda en la ESMA argentina. O una chica apaleada en una comisaría, fotografiada desnuda contra la pared. Bueno, hecha esta primera aclaración, que repito siempre, reitero también lo que digo a cada rato de mi producción de imágenes de desnudo de mujer: sí, debe verse un cuerpo desnudo. Debe ser el centro, pero con una centralidad que no sea excluyente ni absolutamente absorbente. Por eso, trato de escenificar con objetos cotidianos alrededor del cuerpo desnudo. O los detalles de la habitación o espacio en que se encuentra el cuerpo desnudo. Fotografío, digo con más precisión, personas mujeres con cuerpo desnudo. Pretendo que sea un cuerpo desnudo en el mundo. En su ambiente, en un espacio, en un decorado, digamos. Eso le resta erotismo (que no es malo, por supuesto) pero resta de un erotismo solo sexualizado, o genitalizado. En cualquier caso deseo que mi erotismo en imágenes no resulte genitalizado. Para eso hay otro tipo de fotos. Y por eso también trato de elegir chicas comunes. Por supuesto que las bellas son bienvenidas, pero bellas del mundo cotidiano. No las “perfectas”, las de tapa de revistas, sino las de entrecasa, las de la calle. Y para ser bella hay que ser expresiva. Yo uso el término o concepto “dramático”. Para que un desnudo o cualquier objeto sea bello en una imagen, en una pintura, por ejemplo, o una foto, debe ser dramático. Es decir, debe contener conflicto, cierta tensión. No necesariamente dolorosa o lacrimosa. Tensión, conflicto, drama. Y para eso uso el contexto del mundo. A veces puede ser solamente una luz, un tipo de iluminación. Los cuerpos desnudos en imagen están bien, los acepto, eróticos o no eróticos. Yo busco que lo erótico no sea indispensable o imprescindible. Sí busco que el desnudo, por sí mismo o por contextualización, por puesta en escena, posea y exponga cierta tensión, simple curiosidad a veces, que inquiete al espectador, al que mira. Martínez Estrada decía que los grandes libros se distinguen porque al leerlos dan miedo. Algo así es lo que busco, o exploro. Sí el espectador se pregunta en torno a la gata junto a la linda modelo desnuda sobre la mesa de la cocina después del desayuno, mi expresión está cumplida. Y eso me halaga mucho.
Gracias, Carlos, como siempre.
Amilcar, maestro amigo, coincido en su totalidad en el primer comentario del amigo Carlos, una historia bien contada y con su tono de drama y chispa a la vez, la historia de Mona la gatuna… muy bien las imágenes que nos deleitan y efecto la fotografía de desnudo que nos comparte, con sus lineas de igual manera excelsas, directas y reveladoras de su quehacer artístico, periodístico y critico de la cultura, que tanta falta nos hace en nuestra querida América , vilipendiada y sufrida por las hordas nefastas del neo liberalismo, pero en fin me centro en tres cosas que ya nos revelo-confeso-descubrió cual mirada felina, de nosotros o en mi caso, que lo admiro por su sensibilidad para con la lente y la pluma , centrarse en el desnudo de la bella modelo su alrededor y la mirada sigilosa pensante y/o interrogativa de mona… y bien susta que o quier ver a nadie…..saludos master.
Amilcar, maestro amigo, coincido en su totalidad en el primer comentario del amigo Carlos, una historia bien contada y con su tono de drama y chispa a la vez, la historia de Mona la gatuna… muy bien las imágenes que nos deleitan y en efecto la fotografía de desnudo que nos comparte, con sus lineas de igual manera excelsas, directas y reveladoras de su quehacer artístico, periodístico y critico de la cultura, que tanta falta nos hace en nuestra querida América , vilipendiada y sufrida por las hordas nefastas del neo liberalismo, pero en fin me centro en tres cosas que ya nos revelo-confeso-descubrió cual mirada felina, de nosotros o en mi caso, que lo admiro por su sensibilidad para con la lente y la pluma , centrarse en el desnudo de la bella modelo su alrededor y la mirada sigilosa pensante y/o interrogativa de mona… y bien susta que no quiere ver a nadie…..saludos master.