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la última vez que vÍ parís (fotos de aurélie por AMÍLCAR MORETTI)

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De cómo Aurélie se hizo Malena y Vivien Leigh

 

Aurélie, por Amílcar Moretti. 2013. Argentina.
Aurélie, por Amílcar Moretti. 2013. Argentina.

 

                    Aurélie es una muchacha francesa que vino desde Estrasburgo. Su ciudad está al este, pegada a Alemania. Vino a Buenos aires por Argentina. O vino a Argentina por Buenos Aires. Me dice, confiesa a veces casi como sollozo, que el tango la interpreta. No que ella interpreta el sentir del tango -que lo hace, por supuesto, y muy bien-, sino que el sentimiento del tango interpreta lo que ella siempre sintió.

                   Yo le creo a Aurélie. Me dice también que desde hace un tiempito piensa en las callecitas y puentes de su ciudad. ¿Cómo no voy a creerle, si lo argento es la melanco? Brumas, nieblas del Riachuelo. Antes, hasta mediados de los 50 del siglo pasado, nostalgia de la vieja Europa. Desde hace décadas melancolía de la provincia, el territorio chiquito de cada uno, en medio de Buenos Aires. 

                 Pero, junto a eso, en Aurélie se declara más fuerte es el tango, la tanguedia, al decir de Solanas, el de antes. La muchacha venida de Alsacia extraña la belleza de su ciudad del 1200, pero, ¡¿qué le va a chá ché!?, la tanguería tira y no suelta. Ella, menuda pero corajuda como pocas, de cabellera ondulada y rizada, se cruzó solita el Atlántico, y la Argentia (sí, Argentia) no la recibió de la mejor manera: la chorearon casi en Ezeiza, la notebook y la ropa, sus escritos y sus pocas pertenencias. Ni los documentos le dejaron. Suerte para ella el noviazo argentino, poeta y dibujante, bailarín de tango, que -como escribe el tango- la «alzó de París».

 

 

Estrasburgo, zona histórica (de Me Gusta Volar Iberia)
Estrasburgo, zona histórica (de Me Gusta Volar Iberia)

 

 

Estrasburgo de noche (de enake en internet)
Estrasburgo de noche (de enake en internet)

 

                       Ya me imagino a mucho menemo-macrista en el no entendimiento de Aurélie, la valiente y hermosa, de voz bajita. ¿Cómo alguien va a venirse desde Estrasburgo, a 400 kilómetros de París? Bueno, la tanguedia. ¡Es el tango, boludos! Si el tango te cala, si lo que uno siente está representado y sentido en la tanguería, no hay quien te pare, seas japonés o francesita. Y si desde la Argentia, esa misma de los choreos de Ezeiza,  algunos (muchos) no comprenden es porque ya perdieron el sentir. No es que vuelvan a la Europa de los abuelos, de la que corrieron con hambruna hasta aquí, la Reina del Plata. Es que desde hace tres  décadas que están en Miami. Miami es la nueva madre patria, aún ahora en que los pobres sobran por todos lados allá. 

 

                   Por eso, cuando uno se emociona por la timidez llena de arrojo de Aurélie, aún cuando la reto por algún pesimismo suyo a la Cioran, no hay más que descubrirse y hacerle el homenaje a tanta mina. Tiene la pasión, el sentido de la Pasión. Graduada en literatura en la histórica Universidad de Estrasburgo, no deja de escribir lo suyo aquí en Buenos aires, hora tras hora. A la vez, escribe su tesis sobre el tema de su pasionar: literatura y tango. Me repite que eso la salva. Y el baile. Danzar el tango. Aurélie baila bien, muy bien el tango, y no deja de pulir detalles con maestros de la coreografía tanguera. Pesito que gana lo destina a eso, Eso (con mayúscula): Tango (danza, sobre todo), escritura personal en poesía y mar, y elaboración de sus reflexiones sobre el territorio literario y el tango.

               

 

Aurélie, por Amílcar Moretti. 2013. Argentina.
Aurélie, por Amílcar Moretti. 2013. Argentina.

 

 

Por Amílcar Moretti. Argentina, 2013.
Por Amílcar Moretti. Argentina, 2013.

 

 

 

                  Por lo dicho, me digo, entonces: no está mal lo que P. Gómez hizo en Youtube, subirse «Malena» por Troilo con imágenes de la inglesita Vivien Leigh, la Scarlett O´Hara del cine. Andá a saber que le mueve a Gómez el tango de Manzi, que lo lleva a enlazarse con Scarlett-Vivien y desde allí a la ilusión, el pasado, el sueño. Y eso que Gómez está en Estados Unidos, inscribe al final. Pero el tango, quizás no el amor, puede más. O bien que el Tango tiene el gusto del Amor cuando se sabe de la Muerte.

 

Foto por Amílcar Moretti. Argentina.
Foto por Amílcar Moretti. Argentina.

 

(confieso que he pecado, otra vez. no es que lo oculte, ya lo he dicho y lo repito. soy pecador. tenía la nikon con los objetivos digitales, que angulares y teles, esas cosas y cosos. y tenía la otra nikon, viejita y fuerte, analógica, con película, también con sus 28 y 135 y artículos más. pero me dije: no, al carajo. agarro también la compacta hogareña, la primera a la que me animé en digital, y con eso también la registro a Aurélie de primera y de segunda, todo a la vez. ya sé lo del grano y las carencias de resolución. ya sé de la falta de profundidad de campo y desenfoques. ¡Y bueh, a mí se me importa un pepino!, como diría Oliverio. ¿¡Qué se me importa!? la foto es otra cosa. mejor: la imagen es otra cosa. otro asunto. como la mujer. como lo mujeril. como la camarita compacta, que te digo, ¿me entendés? que los de polaroids ahora hacen muestras y bien que lo está. y los de lomography hacen exposiciones con los resultados de sus camaritas de tres objetivos juntos y tres o dos formatos, de 35 a 120, en fílmico y qué sé que más. ¿agarrás? bueno, entonces yo le doy también a la más que leal y pequeña de acero compacta digital) 

 

Fotos de Aurélie y textos por Amilcar Moretti. Martes 20 de agosto 2013. Argentina.

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