Mirar interfiere en el mirado, en el objeto-sujeto observado, visto. El mirado no solo se modifica en y por la mirada del otro. El mirado se transforma en alguien que ya no está solo en su interior, sino en alguien que comienza a reactuar de cierta forma para el que mira, para la cámara del fotógrafo. El mirado se modifica en segunda vez al comenzar a actuar para el ojo que mira, para el objetivo que registra. Entonces de algún modo deja de ser fiel a sí mismo. Actúa, representa, acciona en escena. Esa representación, aunque fingida, aunque “mentirosa”, aunque engañosa, es otra forma de ser leal a sí mismo/a, aún solo como metáfora ficticia. (AMÍLCAR MORETTI)

POR AMÍLCAR MORETTI.Miércoles 4 de setiembre 2013, poco antes de la 1. Argentina, en La Plata, parte, y otra parte en Buenos aires.