YO NO HAGO FOTOGRAFIA EROTICA. YO HAGO FOTOGRAFIA DE DESNUDO FEMENINO. (AMILCAR MORETTI)
Me explico de nuevo: yo no hago fotografía erótica. Yo hago fotografía de desnudo femenino. El desnudo no siempre es erótico. Por ejemplo: las imágenes de prisioneras desnudas en el campo de extermino de Auschwitz no son eróticas, al menos en términos “convencionales” (en términos psicopatológicos no lo sé). Igual pasaría con una imagen de prisionera desnuda en la ESMA argentina. O una chica apaleada en una comisaría, fotografiada desnuda contra la pared. Bueno, hecha esta primera aclaración, que repito siempre, reitero también lo que digo a cada rato de mi producción de imágenes de desnudo de mujer: sí, debe verse un cuerpo desnudo. Debe ser el centro, pero con una centralidad que no sea excluyente ni absolutamente absorbente. Por eso, trato de escenificar con objetos cotidianos alrededor del cuerpo desnudo. O los detalles de la habitación o espacio en que se encuentra el cuerpo desnudo. Fotografío, digo con más precisión, personas mujeres con cuerpo desnudo. Pretendo que sea un cuerpo desnudo en el mundo. En su ambiente, en un espacio, en un decorado, digamos. Eso le resta erotismo (que no es malo, por supuesto) pero resta de un erotismo solo sexualizado, o genitalizado. En cualquier caso deseo que mi erotismo en imágenes no resulte genitalizado. Para eso hay otro tipo de fotos. Y por eso también trato de elegir chicas comunes. Por supuesto que las bellas son bienvenidas, pero bellas del mundo cotidiano. No las “perfectas”, las de tapa de revistas, sino las de entrecasa, las de la calle. Y para ser bella hay que ser expresiva. Yo uso el término o concepto “dramático”. Para que un desnudo o cualquier objeto sea bello en una imagen, en una pintura, por ejemplo, o una foto, debe ser dramático. Es decir, debe contener conflicto, cierta tensión. No necesariamente dolorosa o lacrimosa. Tensión, conflicto, drama. Y para eso uso el contexto del mundo. A veces puede ser solamente una luz, un tipo de iluminación. Los cuerpos desnudos en imagen están bien, los acepto, eróticos o no eróticos. Yo busco que lo erótico no sea indispensable o imprescindible. Sí busco que el desnudo, por sí mismo o por contextualización, por puesta en escena, posea y exponga cierta tensión, simple curiosidad a veces, que inquiete al espectador, al que mira. Martínez Estrada decía que los grandes libros se distinguen porque al leerlos dan miedo. Algo así es lo que busco, o exploro. Sí el espectador se pregunta en torno a la gata junto a la linda modelo desnuda sobre la mesa de la cocina después del desayuno, mi expresión está cumplida. Y eso me halaga mucho.
AMILCAR MORETTI