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Saludos a mi amigo EL Sueco. Por AMILCAR MORETTI y el LOCO SARMIENTO

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LITERATURA EPISTOLAR ÍNTIMA

Autorretrato. Amílcar Moretti, set. 2015. Argentina
Autorretrato. Amílcar Moretti, setiembre 2015. Argentina.
Escribe
AMILCAR MORETTI

«Saludos a mi amigo El Sueco.

           «Dígale que yo tengo 50 por ciento de italiano, 35 por ciento de España y 15 por ciento de indio-criollo (mi abuelo materno, que no conocí, era peón de campo y puestero de estancia, con rancho de piso de tierra, en La Pampa. Allí nació mi mamá y la abuela Mercedes. Eso explica algunas cosas que en principio a mí me causaban malestar. Piso de tierra que se barría con escoba de paja hecha a mano). Y llegó a música y jefa de costurería y confección de vestidos de novia y trajes de hombres en una gran tienda muy famosa por entonces, en Buenos Aires Ciudad y el interior. De no haberse casado, podría haber llegado a ser una notable diseñadora de vestuario femenino).

«Ese aproximado 15 por ciento de indio aborigen pampeano a mí me enorgullece porque es mi parte aventurera y bárbara, de pampa libre; igual me enorgullece mi 50 % de italiano porque es mi parte laburante sin cansancio; y mi porcentaje de España (nunca les gustó trabajar a los españoles, todos se sentían «hidalgos») (1) (2) pero sí eran muy charlatanes. Los andaluces (y a la Argentina vinieron muchos andaluces) suelen decir que no son mentirosos sino exagerados,  agrandados, grandes charladores, como Don Quijote,  aunque él era de Castilla. Pero Castilla y Andalucía están juntas. Y en Andalucía están los gitanos flamencos, que tampoco les gustaba trabajar pero sí bailar y hacer música y arte, y por cierto que lo hicieron siempre recontrabién. Y las gitanas andaluzas, doy fe, están recontrabuenas.»

 

(1) «En 1634 se autorizó a viajeros (de Buenos Aires) hacia el interior que fueran acompañados por esclavos negros puesto que los indígenas escaseaban. Pareciera que sin esclavos, los blancos no trabajarían y de tal modo sucedió. En efecto, un cronista anota: «Estos (los negros) son los únicos que en todas estas provincias sirven en las casas, trabajan en los campos y en todos los otros oficios. De no ser por los esclavos, no sería posible vivir aquí, pues ningún español, por pobre que sea, quiere…trabajar… Los negros hacen todo y son excelentes artesanos (en la construcción), de modo que Buenos Aires está tomando una forma a la que los europeos no pueden mirar con desdén.«

(Pag. 14 de «Los primeros africanos en el Nuevo Mundo. Más de trescientos años de trata de esclavos en América» de Omer Freixa, trabajo premiado y publicado por la revista «TODO ES HISTORIA» que fundó y dirigía Félix Luna. BUENOS AIRES, marzo del 2011. Edición 524, de páginas 6 a 13.)

(2) SARMIENTO, DOMINGO FAUSTINO opinaba aún peor de los españoles y España. Le escribe el 6 de enero de 1884 al director de La Libertad:  «No es cierto que le haya dicho que a juicio de los grandes pensadores modernos, la raza española sea una raza en decadencia. Díjele algo peor, que he repetido en mis escritos: que es una raza de mente atrofiada que no da esperanzas de mejoras.»

         No sin tomar partido, excluyo con qué conceptos y afirmaciones continúa el inefable Sarmiento, un tipo frontal capaz de decir cualquier cosa con un desenfado desafiante, incluso para con los miembros de la llamada oligarquía porteña que se  iniciaron como pulperos y contrabandistas para robarle impuestos al rey de España (3), que decían respetar porque eran todos monárquicos: para Sarmiento había algo peor que los españoles: los americanos (del sur) o «criollitos ya aclimatados», según nos (se) denomina. Para él somos «nosotros diez veces más bárbaros que ellos (los españoles)» y como «prueba» irrefutable, escribe, se cita a sí mismo, «el estadista Sarmiento, que sabe más que todos los que arroja la ola por estas playas».

(3) (págs. 59 a 62 de «Sarmiento y el periodismo. Con la reproducción de cuatro artículos periodísticos de Domingo Faustino Sarmiento» de Armando Alonso Piñeiro. Academia Nacional de Periodismo, Buenos Aires, 2001.)

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