MIS TRABAJOS Y DÍAS

UNA MUJER CADENCIOSA. Imágenes de desnudo por AMILCAR MORETTI. Cita de Ray Bradbury

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   “Estaba sentada, inmóvil, en la habitación vacía. Había una capa de polvo todo alrededor, como una harina amarilla, sin huellas de pisadas en muchas semanas, en las que obviamente la mujer no se había movido. Las manos se tocaban como pequeños instrumentos herrumbrados. Los pies desnudos parecían obscenos, como zapatos de goma, y cerca de ella había unos frascos de leche de tatuaje: roja, azul, marrón, amarilla. Era una criatura cocida y apretada en susurros y silencio. Solo la boca se le movía. -Entra. Siéntate. Estoy sola aquí.
        “Él no obedeció”.

RAY BRADBURY, pág. 270, “El hombre ilustrado”  (*)

 

 

UNA MUJER CADENCIOSA. Muchas chicas que se inician me preguntan cómo deben hacer para lucir “espléndidas y sensuales”. “Eso es chica de almanaque”, suelo responderles. “Eso es solo “culo-tetas”. “¿Bueno, entonces, cómo y qué hago?”, repreguntan. “Nada, no debes hacer nada en especial. Solo estar desnuda o semidesnuda y dejarte estar. Inventate una historia, podés hablartla incluso o pensá en lo que se te ocurra. El resto te lo indicaré yo en cada momento, en cada escenario, en cada hora de luz, en situación entre los dos. Tenés que estar desnuda y hacer como que yo no estoy, pero al mismo tiempo no olvidarte de mí y tratar, sin que se note, que me sienta interesado”. En el curso de las horas, largas horas interrumpidas por descansos, mate y facturas, y conversaciones, muchas conversaciones, van saliendo las fotos, buenas, malas, regulares, muy buenas. El resto es trabajo mío: larguísimas horas de trabajo en soledad para componer la imagen inicial, y que quede otra foto que sea mejor que aquella foto primera”.
La imagen es mía, AMILCAR MORETTI, y es de registro muy reciente, de hace unos días. En La Plata, cerca de BUENOS AIRES.

 

UNA MUJER CADENCIOSA. Estar desnuda durante horas, sentirse vulnerable ante un desconocido, no es una situación fácil ni sencilla para casi ninguna chica. Es entendible. Por eso es que soy lo más claro y preciso en mis convocatorias. Cuando me preguntan, defino que lo central es dejarse estar, dejarse estar en desnudez. Guardar el pudor es esencial, pero no depende de que la modelo persona mujer muestre más o menos su cuerpo, su intimidad corporal. Se trata de una actitud ante el mundo y de una situación. Es un diálogo con el otro. Se coincide o no se coincide. Además, siempre hay un contrato escrito. Lo mejor -recomiendo siempre- es averiguar antes quién es y cómo trabaja el autor, en este caso, yo. El resto se da solo, viene sin ser llamado, justo cuando se pierde la noción de desnudez. En algunas de mis fotos -según anuncio siempre- una de mis manos se posará -o no- sobre el cuerpo desnudo de la modelo. Se acuerda previamente. En ocasiones ni se me ocurre. No da, y listo. Pero en otras ocasiones la modelo se muestra en predisposición, y entonces se lleva a cabo y no se le da importancia, y se deja que corra el sentir que surja. Nada es obligatorio, y nada está prohibido. Todo está anunciado de prudente y suficiente antelación. La desnudez deja de ser desnudez cuando uno o una se acostumbra a ella, ante el otro -el autor- o la otra -la autora fotógrafa. Cierto que la diferencia de género tiene sus propias prevenciones. He observado que entre modelos mujeres y fotógrafas mujeres el acercamiento suele ser más fácil, y a veces corporal, afectivo, más intenso. Y de eso no se habla, y no hace falta tampoco. Sigo sosteniendo que lo crucial en la sexualidad (no en el sexo) -y la sexualidad tiene que ver en parte con la desnudez-, lo crucial, repito,  es la heterosexualidad, la tradicional heterosexualidad. En cualquier caso, en mi tarea, en mí modo de ser autor de imágenes todo está hablado, advertido  o sentido antes, y todo puede dejarse sentir. Si no hay deseo de hacerlo, si hay muchas dudas, lo mejor -aconsejo siempre- es no hacer nada, no postularse para fotografías de desnudo. Para mí, lo subrayo contínuamente, lo más dificultoso no es la construcción de la foto en sí misma, sino la relación con la modelo. Si la confluencia no se da, no suelo convocar a la modelo. Si alguien no está cómodo conmigo, yo no estoy cómodo con ella. Mi comodidad deriva y tiene que ver con la comodidad del otro, de la otra, de la persona mujer modelo desnuda. En ningún ámbito de mi vida deseo estar con alguien que no desea estar conmigo, o que se siente incómoda conmigo. Ni estoy con quien me sienta incómodo.
La imagen es mía, AMILCAR MORETTI. El registro es reciente y la composición data de hace una hora. En La Plata, cerca de BUENOS AIRES.

 

Salvo cuando me pagan, me contratan o me encargan un trabajo en fotografía de desnudo, lo que suelo hacer es lo siguiente: entre las postulantes de mis convocatorias elijo aquella modelo persona mujer que, supongo, imagino, siento que coincidimos en ideas, concepciones y modos de vida y expresión. Si no es así, no lo hago. En cambio, cuando he recibido trabajos por encargo no me interesa todo eso: solo pregunto qué fotografías desean, decido si las hago, si acepto realizo mi trabajo lo más rápido posible, cobro y me retiro. A los 15 o 30 días envío las imágenes requeridas. Se firma contrato. Pero en las fotografías que hago en ERÓTICA DE LA CULTURA hay dos personas que deben estar cómodas y disponibles entre sí: la modelo y  yo. O yo y la modelo. Si yo no estoy cómodo con una persona mujer modelo, por armoniosa que sea su conformación física, no hago las jornadas, como las llamo, y no sesiones, término que me fastidia. Las sesiones suelen ser de dos o tres horas, máximo. Las jornadas pueden ser de todo un día y suelen ser dos o tres días continuados. Y vuelvo a hacerlo si el resultado es bueno y la modelo y yo nos hemos sentido cómodos y coincidentes. En el medio hay un contrato escrito, siempre. El resto es personal. El resto es privado. Es una cuestión política. No debe mediar, obviamente, delito. Si no tengo coincidencia política y personal con una persona modelo mujer no fotografío con ella, ni aún gratis, sin pagarle, como me han ofrecido en algunas oportunidades. Es una cuestión de vinculación humana. Mutua, claro. Consentida y en ejercio de libertad.
La imagen es mía, AMILCAR MORETTI. Se registró en estos días y la compuse hace una hora. La Plata, cerca de Buenos Aires.

 

 

Imagen compuesta por AMILCAR MORETTI. Registro original de estos días, en La Plata. Composición y edición, hace unas horas.

 

(*) Pág.270, “EL HOMBRE ILUSTRADO”, de RAY BRADBURY. 1951. 2018. Minotauro. Grupo Editorial Planeta. Barcelona (España)-Avellaneda(provincia de Buenos Aires)

2 Comentarios

  1. Amilcar Moretti

    Hay seres que movilizan.
    ¿Ha conocido Ud. alguno de ellos?

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