FACEBOOK CENSURA TEMPORALMENTE A UN VETERANO CRÍTICO DE ARTE DEL DIARIO MÁS COMPLETO DE OCCIDENTE
Una advertencia para JERRY SALTZ, un experto columnista. En mi caso, de acuerdo a lo que en su oportunidad hice público en ERÓTICA DE LA CULTURA, fui «cancelado» tres veces por FACEBOOK. Según recuerdo, a dicha sucesión -al parecer producto de «denuncias» anónimas ante fotografías de desnudo femenino, la mayoría de mi autoría, se sumó una cuarta y final en la que dicha red apeló a «mi libertad» y me pidió que quitara yo mismo mis imágenes que considerase -¿cómo decirlo?- inoportunas, o bien no del gusto del sitio o del lector desconocido. Sin conocer razones específicas, ni derecho a defensa, me negué a hacerlo. Al parecer, el ejercicio de la libre elección por parte de Facebook consistía en que yo, por «propia voluntad», retirase mis imágenes, cuya publicidad y difusión fue precisamente la razón por la cual me suscribí al sitio.
Si entablamos una comparación entre un magnate de corporación mundializada ultracapitalista con el comunismo soviético de la ex URSS (la Rusia comunista desmoronada con ayuda extranjera en 1989-1990), puede decir que hay similitudes entre la «autocrítica» pública con pistola en la frente regimentada por el estalinismo, por un lado, y por otro el masivo puritanismo evangélico de un tycoon (como se llamó hasta mediados de los años 30 del siglo 20 a los magnates que amasaron fortuna y poder rápidamente mediante las finanzas. Howard Hughes (ver «El aviador» de Scorsese) o el clásico «El Gran Gatsby», como figura ya trágica, del novelista Francis Scott Fitzgerald (cito dos versiones en cine bastante conocidas, una con Robert Redford y otra con Leonardo Di Caprio), pueden ser ejemplos ilustrativos. (AMILCAR MORETTI)
FACEBOOK SUSPENDIÓ A JERRY SALTZ, CRÍTICO DE
ARTE DE THE NEW YORK TIMES MAGAZINE
DE ARTE
Por RANDY KENNEDY
Miércoles 4 de marzo 2015
Durante los últimos ocho años, el veterano crítico de arte Jerry Saltz del New York Times Magazine (1), publicación que ha logrado una estimulada y envidiable concurrencia en Facebook, que ha sido descrita como su versión siglo 21 de los lugares predilectos del arte como el Cedar Tavern o Max Kansas City. Pero el miércoles, Saltz fue acompañado hasta la puerta de salida, digitalmente hablando.
Dijo que recibió un mensaje común para informarle de que el acceso a su cuenta había sido suspendido debido a las quejas registradas en Facebook. Mientras su página sigue publicándose, no puede escribir nuevos post. Aunque la naturaleza de las quejas no fue detallada, Saltz dijo que creía que fue provocado por sus bromas, fotos provocativas y títulos que ha subido desde hace meses, burlándose del mundo del arte (y a veces de sí mismo).
Un portavoz de Facebook dijo en un correo electrónico que la compañía no haría comentarios sobre cuentas específicas como la de Saltz, pero agregó que los miembros pueden perder temporalmente el acceso a sus perfiles por violar las normas de la comunidad de Facebook.
Un post el mes pasado mostró una imagen «pornográfica» (2) de un fresco pompeyano, con la exhortación: «Paráte en la parte de arriba de las cosas.» Otro del último año fue una nota en que criticó lo que apreciaba como un punto de vista cada vez más conservador en el mundo del arte , incluidas imágenes de manuscritos medievales y pinturas que muestran imágenes de penes y personas defecando y siendo martirizados horriblemente.
«Es algo acumulado», dijo Saltz en una entrevista. «Los comentarios (de lectores) mencionan machismo, misoginia y abusivo», dijo. «Y entonces me llaman machista, misógino y abusivo. Así que son todas esas cosas».
Saltz ha logrado 55.000 seguidores y amigos en Facebook y más de 150.000 en Twitter e Instagram.
(1) El blog ArtsBeat del New York Arts Magazine del New York Times (el gran diario norteamericano, probablemente el más completo del oeste-Occidente), es un sitio web dedicado a las noticias de cultura y opiniones y el trabajo y los intereses de los periodistas y críticos del Concejo de Cultura del Times y Book Review. Aquí puede adentrarse en la historia de las artes, la cobertura de eventos en vivo, entrevistas con personalidades culturales, críticas, excentricidades multimediales y bastante más.
(2) El redactor que da cuenta de la anécdota de Saltz y revela involuntariamente la limitación moral y estética, antropológica y cultural de facebook y muchos de sus seguidores, no utiliza con propiedad la calificación «pornográfica» para la imagen de las termas de Pompeya, ciudad de la Roma Antigua que integra los comunes circuitos turísticos (ignoro si es la que reproduzco a continuación). Recordemos que se refiere a una ciudad cercana a Nápoles desaparecida al ser cubierta por lava de volcán en el año 79 después de Cristo, es decir, cuando aún no había terminado la primera centuria de la era cristiana, y el Imperio Romano sería dominante por varios siglos más. «Roma, el centro del mundo». La nación valorativa y conceptualización actual de «pornografía» son relativamente recientes: sus orígenes datan probablemente del 1800, aunque las imágenes o volúmenes con figuras en las diversas variantes del coito, con diferentes significaciones, se descubren ya desde el origen de la humanidad. En el paleolítico es posible encontrar representaciones. Esto no es pornografía, aunque la interpretación actual en la sociedad industrial de los dos últimos siglos quiera adjudicarle ese contenido y objetivo moralmente negativo. No hay tal cosa; se presenta tanto en las cavernas y en el continente europeo moderno como en las culturas pre-incaicas (las miniaturas mochicas, que pueden solicitarse ver en el Museo de Ciencias Naturales de La Plata). También en la India, Antiguo Egipto, Africa y otras latitudes con monumentos fálicos cuyo origen y significados no son claros. En general se vinculan con la fertilidad, lo festivo, la celebración, la vida, el ritual a veces sagrado, la cosecha, la vendimia, la primavera, y otras cuestiones que van más allá de lo genital.
Desconozco cuál fue el el fresco, mosaico o pintura que Saltz publicó en su blog de arte de The New York Times. Como dice algo así que es conveniente estar siempre arriba (¿en el coito?), consigno al respecto una de las imágenes más conocidas, ya publicada en Erótica de la Cultura:
En cuanto a la calificación de sexismo, misoginia y machista a Saltz, cuya obra crítica y juicios no valoro en detalle, comentarios efectuados -se supone- por grupos feministas deben tener una valoración interesante de escuchar para la reproducción que sigue, donde es la mujer la que supone estar arriba, en la cima, en la superficie, en la parte superior, si es a lo genital a lo que quiso referirse Saltz, que -vale reconocerlo- no parece un investigador de gesto grave (no necesario) sino más bien de imagen histriónica, al menos en la foto inicial:
(para más referencias de la imagen de arriba. ver:
¿QUIÉN ES JERRY SALTZ?»
Escribe
AMILCAR MORETTI
(a Chiara Mazzocchi)
Jerry Saltz, nacido en 1951, no es un recién llegado en el mundo del arte y de la crítica desde Nueva York y para el país todo. Crítico muy destacado por años en The Village Voice, publicación independiente de larga tradición y prestigio cultural, desde mediados del 2000 es una de las figuras destacadas del New York Times. Trabaja mucho con la ironía y no se adecua al tradicional prototipo del investigador e historiador del arte de seriedad impoluta. Suele decir que esa manera forma parte del «puritanismo» en el mundo del arte, hoy, lo que no parece desacertado. Aún los aparentes transgresores, muchas veces mezclados con lo fashion y el lujo de la moda. No es que Saltz ignore el mercado de consumidores y casas de subastas, ni las cotizaciones como en Bolsa de Valores de obras que bajan y suben de precio monetario según momentos, etapas culturales y millonarias sumas de dinero que es preciso lavar o legitimar. Saltz sabe en qué mundo se mueve y sus sorna o ironía suelen tener una base de inteligencia y reflexión, que parece referirse a varias situaciones y planos de realidad a la vez.
Ha sido mencionado para el Pulitzer en crítica de arte y es probable que lo merezca. Hombre mediático habilidoso, tiene o ha tenido ciclos de televisión donde la didáctica y la valoración seria -quizás debatible, como casi todo- no se contradicen con el espíritu lúdico, sentido del espectáculo, histrionismo y manejo de la opinión pública. Tiene buen contacto con sus lectores y en Facebook ha logrado 50 mil seguidores, con los cuales estimula un contacto permanente, que es seguido. Hay artistas y gente de la cultura que siente que Saltz crea cultura en el mismo momento en que participa con gran ironía hacia los «puritanos del intelecto y la cultura», así como a los puritanos evangélicos tradicionales, estos últimos de mayor cuidado por sus ramificaciones políticas. Sin duda Saltz tiene un inmejorable respaldo: su prestigio en New York Times. Además, su esposa Roberta Smith también se dedica a la crítica de arte en el diario neoyorquino.
Dice haber trabajado como camionero y es probable que sea cierto, pero además se ha ganado el derecho de ser crítico invitado en la Escuela de Artes Visuales de la Universidad de Columbia, la Universidad de Yale, Escuela del Instituto de Arte de Chicago y el Programa de Residencia de Estudio Nueva York. En 1995 fue el único asesor para la Bienal del Whitney. Tiene varios libros publicados, se presenta frecuentemente junto a su esposa y es casi seguro que Facebook solo cubre apariencias y, salvo enfrentamiento improbable con la gran empresa de prensa, no es de suponer que la situación de «ausencia» de Saltz se prolongue. El crítico expone siempre que no le interesa tanto la formación académica ni las habilidades técnicas de los artistas, sino que sean creadores que quiebren un estado de cosas del lenguaje y de la situación en el mundo. A veces no se toma muy en serio a sí mismo, como si se desmereciera o relativizara, y también duda de artistas jóvenes, dado que los ve como falsos o anacrónicos «vanguardistas» (término en desuso que hace referencia a otra época lejana el siglo XX), muchachos y chicas que al final son fagocitados por su propia «obra» y la fascinación y luces del mercado, que los hace repetir y presentar como «nuevas» cuestiones y formas ya probadas décadas atrás. Gente que desaparecerá en poco tiempo.
Hace poco, el autor de EROTICA DE LA CULTURA, es decir, quien esto escribe ha hecho pública una situación semejante con una performer italiana treintañera que terminó por reaccionar como una anciana devota de sacristía al ver cierta preferencia mía por algunas de sus imágenes en que hace presentaciones desnuda. Como si ella misma se avergonzara de la desnudez de las otras jóvenes desnudas ya preexistentes en EROTICA DE LA CULTURA. Repite textos políticos revulsivos de Pasolini y le falta el respecto desde lo ético, ideológico y político al no tener noción de una expresividad para incidir en el mismo lenguaje de la política y cultura como realizaciones del humano como especie, en una época complejísima de un post-capitalismo incierto de financiarización tan brutal como planetaria. Desafortunado.
