El arte y la sexualidad. Preparatorias, preámbulo. Por AMILCAR MORETTI

ciertas dudas y preguntas SUPONEN lo VANO de dar una explicación

«El arte y la sexualidad son la misma cosa”. (Pablo Picasso)

“Todas mis amistades han sido eróticas, no necesariamente sexuales”. (Susan Sontag)

El arte «me hostiga y me atormenta de mil modos, como la amante más exigente; desde hace cuatro meses, desde el amanecer corro a este trabajo encantador, como a los pies de la amante más querida; lo que de lejos me parecía fácil sobrepasar me presenta dificultades horribles e incesantes. ¿Pero de dónde proviene el que este combate eterno, en lugar de abatirme, me levanta, en lugar de desilusionarme me consuela y llena mis momentos, cuando lo he abandonado? Feliz compensación de lo que los hermosos años se han llevado consigo; noble empleo de los instantes de la vejez que ya me asedia por mil lados, que me deja todavía, sin embargo, fuerza para sufrir los dolores del cuerpo y las penas del alma». (Eugéne Delacroix)

Y algunas otras cosas que podés leer en: https://amilcarmoretti.wordpress.com

Hay modelos -mujeres, femeninas- que adhieren al autor. Se adhieren. No permanecen externas, aunque conserven su vida. Esa dualidad, esa ambivalencia las despoja internamente de tensiones para que su carnalidad pura adquiera sustancia con la obra, se carnalice en lo que hace -o intenta- el autor. Las muy profesionales puede que, por momentos, logren una representación próxima a la verdad. Pero la obra será ella, en cambio ella no será la obra. Un buen mirador de expresividades -digamos, de arte- advierte con claridad la difusa, pero concreta, sólida pero evanescente sustancia de tejidos, sangre, jugos, olores, fragancia, sudores, piel que una modelo entrega en tanto el autor la hace, la construye. Hay mujeres -modelos- que manejan bien esta labor, de forna natural y espontánea, sin que nadie se las haya enseñado. Poseen la predisposición innata, que acaso necesite ser revelada por el dedo de Michelangelo, pero la sustancia ya está allí. Se hacen uno. Siempre son dos. Ella nunca deja de ser hecha. Y lo sabe. Puede necesitar lesbianizarse para demostrarse, pero aún eso es una cotidianidad casi inobservada que hace que su cuerpo, su presencia terrenal, con alma, no quede atrapada. Es Mujer, simplemente.