MIS TRABAJOS Y DÍAS

ESOS TACOS Y TOBILLOS QUE SE HAMACAN EN EROTISMO “A LA TURCA”. Dos fotos por AMILCAR MORETTI

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(La imagen de tapa fue compuesta por AMILCAR MORETTI en la madrugada del martes 16 de noviembre del 2021. BUENOS AIRES-La Plata)

“Mientras que los mules de tacón se han convertido actualmente en un calzado perfecto de entretiempo, el uso que se le daba en los s. XVII y XVIII era muy diferente. Las mujeres utilizaban estos zapatos exclusivamente para recibir visitas en el interior de su casa. En este entorno, los mules llegaron a tener un “alto componente erótico” porque, como comenta Elena Vázquez “enseñaban el tobillo”. Esto, junto con el acortamiento de las faldas típico de la época, haría que por primera vez se mostrase el pie al desnudo, dando lugar a escenas tan íntimas como la del cuadro de Jean-Honoré Fragonard titulado El columpio. “No se usarán como zapato de calle hasta la década de 1970”, declara Elena Vázquez ( conservadora de la colección de complementos del Museo del Traje (Madrid),  y “resurgirán con fuerza de nuevo en los años 90”, como se ha podido ver tantas veces a Sarah Jessica Parker en la serie “Sex and the City” que la catapultó a la fama”.

Diario EL PAÍS, de España (1)

Jean-Honoré Fragonard, “El columpio”, 1767 (Foto: Wikimedia Commons)

“(…) la historia de El columpio comienza con un encargo del barón Louis-Guillaume Baillet de Saint-Julien, que quería un retrato de su amante. El barón nunca ocultó sus salaces intenciones, por lo que pidió específicamente que, en el cuadro, su amante fuera empujada en un columpio por un obispo, mientras él (el barón) miraba por debajo de su vestido”. (…) Fragonard aceptó felizmente el encargo. La representación de escenas sensuales e indulgentes fue una especialidad por la que fue elogiado como artista. Sin embargo, al final Fragonard hizo una modificación a la petición original, e intercambió la figura de un obispo por una figura más aceptada: la de un marido cornudo.

“Claramente, Fragonard no tuvo reparos en cumplir con el encargo del barón, ya que basta una mirada a El columpio para ver que la pintura está repleta de un júbilo y éxtasis incomparables. La protagonista, vestida con un vestido rosa esponjado, se balancea en un elegante columpio de cojines rojos a través del follaje y hace volar su zapatilla por los aires, dejando que el caballero recostado a sus pies vea por debajo de su falda. En ese entonces, los columpios eran considerados un símbolo de infidelidad—una idea que tal vez emocionaba al barón. Y la joven, que deliberadamente patea su zapatilla y deja que su admirador vea sus piernas, está iniciando abiertamente un juego coqueto entre ella y el hombre de abajo. La zapatilla rosa incluso vuela en dirección a una estatua de mármol alada que se parece mucho a Cupido, el dios romano del amor y el deseo. Todo esto mientras el enamorado extiende un sugerente brazo fálico”.

Por Sofía Vargas. 20 de noviembre de 2019. MY MODERNMET.COM (2)

 

Imagen compuesta por AMILCAR MORETTI en la madrugada del martes 16 de noviembre del 2021. BUENOS AIRES-La Plata.

Modelo: LUNA.

“OLYMPIA” (1863) DE EDOUART MANET, UNO DE LOS MAESTROS DEL IMPRESIONISMO. Musée d’Orsay, Paris

                       “Si la marquesa de Pompadour hubiese vivido en el Nueva York de Carrie Bradshaw, no solamente habría compartido con ella su afición por las galerías de arte, sino también su gusto por los zapatos. Y es que hay un tipo de calzado que une a la amante de Luis XV y a la protagonista de “Sex and the City”: los mules. Este término,  de origen francés, se utiliza para designar a los zapatos destalonados, el complemento estrella de esta temporada.

                     “Según Elena Vázquez, conservadora de la colección de complementos del Museo del Traje (Madrid), los mules tienen su origen en las babuchas (también llamadas chinelas) propias del imperio otomano. Gracias a las relaciones políticas con las monarquías europeas, la cultura oriental fue influyendo progresivamente en las sociedades occidentales, desde las artes, a la moda, incluyendo el calzado. Y aunque “los primeros mules con tacón aparecieron en el s. XVII y eran comunes para hombres y mujeres”, como declara Vázquez, la mayor influencia se producirá en el s. XVIII, con la llamada “moda a la turca”. En este siglo la puntera del mule “se levantará, bajará la altura del tacón” y se usarán materiales como “sedas y piel de cabritilla”, explica esta conservadora, con ricos bordados, cintas y ornamentaciones”.

(“De Madame de Pompadour a Zara: los mules, el calzado estrella de la temporada”. “Cuatro siglos después, los zapatos destalonados sigue pisando fuerte y se convierten en la tendencia de esta primavera”) (1)


(1)
https://smoda.elpais.com/moda/de-madame-de-pompadour-a-zara-los-mules-el-calzado-estrella-de-la-temporada/

(2) https://mymodernmet.com/es/fragonard-el-columpio/

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