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LA CAGADA YA ESTÁ HECHA. La mierda del Malestar excretada por el 51 % de los sufragantes en Argentina. Escribe AMILCAR MORETTI (reedición de la nota publicada el 20 de diciembre del 2015, a pocos días de la asunción del electo)

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Escribe
AMILCAR MORETTI

Domingo 20 de diciembre 2015

 

(VER: https://moretticulturaeros.com.ar/la-cagada-ya-esta-hecha-la-mierda-del-malestar-excretada-por-el-51-de-los-sufragantes-en-argentina-escribe-amilcar-moretti/

 

LA CAGADA YA ESTÁ HECHA. Es irreversible como acontecimiento y, en cuanto a sus consecuencias sociales de empobrecimiento y brutalización, difícil de reparar, si se diese la oportunidad.  El 51 por ciento de los sufragantes optó por el electo en los comicios nacionales  para la gestión de cargo más alto. Significa un giro brusco y profundo hacia la derecha, hacia el conservadurismo salvaje, a favor de los que más tienen y en contra de los que menos tienen.

 

La mayoría, ese 51 por ciento no necesariamente rico ni de posición acomodada, optó por el electo que representa intereses de los más ricos o que más tienen. Es irreversible.  Mejor: innegable, incontrastable. Muchos de los que menos tienen o que poseen una situación intermedia y frágil integraron ese 51 por ciento de sufragistas por el electo representativo de los ricos y la regresión social, económica, política, cultural, moral.

                           ¿Por qué? ¿Por qué hizo esta opción una mayoría conformada no precisamente por ricos y acomodados? A un rico se lo entiende: defiende a sus ricos. A un semirrico, también, por la misma razón. Igual, un acomodado. ¿Pero la mayoría restante?

 

 

Cada vez siento con mayor precisión que ese 51 por ciento de sufragistas responsables del electo y de las consecuencias de su gestión cagó sobre todos y todo. EL 51 POR CIENTO QUE SUFRAGÓ POR EL ELECTO EXCRETÓ. ¿Psicoanálisis como intervención sociológica en la sociedad argentina? Puede ser. No lo sé. El 51 %, siempre responsable, imperdonable, cagó. Se liberó de su carga excrementicia personal, individual, subjetiva.

                      El malestar general visible en gran parte de la población, el “malestar en la cultura” argentina observable en el argentino medio fue excretado en forma de sufragio. La carga y causas del malestar natural ordinario de su neurosis, o su padecimiento insoportable, o bien su molestia existencial circunstancial la transfirió hacia afuera, hacia el gobierno sustituído y hacia la figura presidencial de una mujer.

 

     Ese 51% transfirió (no sublimó ni elaboró) su malestar diverso y polimorfo y de diferentes datas y duraciones y antigüedades hacia las acciones populistas, distribucionistas, populares, masivas, hacia lo exterior más a mano, superior inalcanzable en cualquier plano: la figura presidencial femenina y la gestión de gobierno. CAGÓ A LA CULTURA, CAGÓ SOBRE LA CULTURA PARA CUBRIRLA DE BRUTALIZACIÓN. ¿”Con qué libro se educó esta bestia con saña y sin alma (…) “y nos queda esta mierda que nos mata sin importarle”, se pregunta León Gieco en “El ángel de la bicicleta”.

                        Se puso en movimiento la intestinal del 51 por ciento de los sufragantes, algo así como poco más de 12 millones de optantes, no ciudadanos, no Pueblo (menos que nada Pueblo, concepto que funciona junto al de Estado, Estado con Pueblo soberano “popular”). Apenas optantes, sufragantes, sufragistas. La intestinal excretoria biologizó su mierda personal y la apuntó hacia el resto, hacia todos, salpicándose a sí misma.

               Se excreta en estos casos producto del malestar, del resentimiento, del rencor, del odio, de la Muerte. Una excreción en sufragio que traduce Muerte. Pulsión de Muerte. Exterminio o exclusión del otro, de los otros, de la mayoría. Que debe irse por la cloaca, que es desperdicio, excreción descartable hacia el Río de la Mierda, hacia el río de la Muerte, el río Aqueronte, que lleva al Infierno, al Hades, según los griegos clásicos.

                  Eso, si tienen suerte los excretados, porque para pasar al otro lado, al Infierno (la pobreza, la desocupación, la carencia de techo, educación, salud generación tras generación, más la tortura eléctrica y el suplicio por el dolor y el fuego -¿Acaso los hombres “machistas” no han vuelto a incendiar a sus mujeres?-), hay que pagarle a Caronte, el barquero que cruza el río en su bote. No todos pueden pagar, y entonces han de vagar 100 años a orillas de la sociedad, de la Nación abortada y desaparecida, en las riberas del Aqueronte.

                 Para ir al infierno hay que pagar. Para pasar DE LA MIERDA EXCRETADA POR EL 51 % DE LOS SUFRAGANTES  ARGENTINOS HACIA UN LUGAR EN EL INFIERNO HAY QUE PAGAR. Para un lugar en un círculo del infierno, que puede ser la carencia absoluta, no la pobreza sino la miseria y brutalización extremas, hay que pagar. Ya han anunciado que el agua de la tierra argentina no es de todos, es de alguien y el resto deberá pagarla. El CIELO TIENE PROPIETARIO. EL AIRE, LOS PLANETAS, EL MAR, LAS ESTRELLAS TIENEN PROPIETARIO. La otra opción ofrecida por el mencionado 51 por cieto de excretantes de su excrementicio malestar es vagar lamentable, lastimero, embronquecido o apaleado, en las orillas de la mierda. MIERDA PURA. MEJOR: MIERDA HÍBRIDA, PERO MIERDA.

1 Comentarios

  1. Carlos Diaz

    Entiendo poco de psicología y recuerdo poco de historia antigua, pero me parece que el análisis está bien rumbeado.

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