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La historia cuenta que en el año 1930, Miguel Matamoros (1894-1971) se hospedaba en la casa de Luz Saldaña, en Santo Domingo, y de pronto escuchó un llanto de mujer. Él preguntó qué sucedía y la dueña respondió que la muchacha lloraba porque su compañero la había abandonado. El hecho inspiró al compositor, quien le dio vida al afamado bolero-son “Lágrimas negras”.

“El trío Matamoros y en especial su director, guitarrista y compositor Miguel Matamoros, crearon temas antológicos que encierran frescura, sencillez y sabrosura”, declaró al programa televisivo Nuestra Canción Liliana Bonone, especialista del Museo Nacional de la Música.

“Aunque fue autodidacta, Matamoros es considerado un genio de la composición y la guitarra. A los siete años de edad comenzó a tocar la filarmónica. Luego le puso cuerdas a una vieja guitarra que le regaló su hermano Ignacio, pero las colocó al revés. De esa forma tocó durante mucho tiempo, hasta que a los 12 años un compañero del aserrío le enseñó cómo tocar el instrumento a la diestra. Así comenzó su camino hacia la trova tradicional.

“A los 16 años creó su primera pieza musical, a la cual tituló “El consejo”. Fue uno de los primeros músicos que fusionó el bolero y la trova. Tomó los elementos estilísticos y rítmicos del son y lo incluyó en el bolero. Cuando termina el estribillo, el intérprete puede improvisar y la canción se hace más bailable.

“Miguel no solo escribió para el trío. Gracias a la popularidad que alcanzó comenzaron a llover contratos y nació entonces el Conjunto Matamoros, en el cual incluyó la trompeta. Benny Moré se unió a la agrupación y viajaron a México, donde cosecharon muchos éxitos, al igual que Compay Segundo, quien integró el Conjunto y el Septeto”, prosigue la especialista.

“Lágrimas negras” fue interpretada por primera vez en 1930 por el trío Matamoros, y grabada al año siguiente bajo el sello RCA Víctor, del cual eran artistas exclusivos. La lista de intérpretes cubanos y foráneos que la han cantado es casi interminable, entre quienes destacan Bebo Valdés junto al español Diego “El Cigala”, Celia Cruz, María Teresa Vera, Los Guaracheros de Oriente y muchos más.

“A lo largo de su vida, Miguel Matamoros compuso alrededor de 200 obras de diferentes géneros, como paso doble, habanera, polka, bolero y son. Entre las más reconocidas se encuentran “Juramento”, “Olvido”, “Mamá, son de la loma” y “Lágrimas negras”. Esta última se convirtió en uno de los primeros boleros-son escritos, y su música defiende la idiosincrasia cubana”.