“Durante los siglos XII y XIII se desarrolló en determinadas zonas de Europa y, muy especialmente en la Occitania, el denominado “Amor cortés”, cuyo eje giraba entorno a los trovadores. Menos conocidas fueron las trovadoras , denominadas TROBAIRITZ, como María de Ventadorn, Azalais de Porcairagues. Azais de Altier, Germana de Montpellier, Castelloza, etc . Pero si alguna sobresalió de forma muy especial fue una enigmática Condesa (Beatriz ) de Día . Esta es una de sus composiciones”.
(Tomado de una conocida red social en su página “La imagen de la mujer en el arte”)
Escribe
AMILCAR MORETTI
Buenos Aires-La Plata
“
MI CANTAR” o “EL MÍO CANTAR”, cantar trovadoresco francés de una olvidada CONDESA BEATRIZ DE DÍA, entre los siglos XII y XIII. Se trata del género trovadoresco, principalmente de la zona de Provenza, Francia. La poesía trovadoresca sentó las bases del “amor cortés”, concepción del amor del oeste europeo que idealiza ese vínculo coincidente con Platón y el cristianismo medieval mariano. Hasta no hace mucho eran solo conocidos los grandes trovadores hombres, que idealizaron una idea del amor hacia su Ama, o Señora, la consorte del rey o señor feudal. Esa idea, si bien de forma residual, se prolonga hasta hoy. Pero está en absoluta crisis.
Tal vez. sea la revolución tecnológica de tercera o cuarta generación de la última década tiende a reponer un concepto reactualizado y muy reaccionario, restaurador y conservador, sobre un Amor de Pareja sin cuerpo. La virtualidad digital pareciera apuntar a eso. Descarnalizar el amor y hacerlo, en cierta medida, robótico. ¿Pueden sentir los cyborgs? ¿Es un cyborg el ser humano formateado por la comunicación electrónica-digital-virtual?
