“La luz es gris y plana como en un crepúsculo sin puesta de sol. El fragor de la tormenta se aleja y adquiere un tono más sordo, igual de persistente pero más aterrador. La lluvia se transforma de río torrencial en copioso aguacero”.
INGMAR BERGMAN
(Pág. 160 de “NIÑOS DEL DOMINGO”. Ingmar Bergman, Tusquest Editores. Colección Andanzas. Barcelona, 1994)