«… y al ver que en la ruta
hierve la sangre de tu pasión,
buscá el secreto que trae el viento
búscalo…»
(La Renga, de «Motor alma y sangre»)
Escribe
AMILCAR MORETTI
Domingo 19 de enero 2014.
Argentina. Buenos Aires-La Plata
A las 2 del viernes, en la madrugada, la bullanga me impacienta en su permanencia, breve, y vívida, más que nada. Dormía, después de trabajar mucho, muchas fotos con Natalia y justo en esa esquina de la avenida Callao, mi esquina, se amontona el griterío, el murmullo estruendoso, me recito (a mí) solo en la cama. Pero sin molestia. Un bullicio vital, se me transmite. Despierto al fin, me suena extraño el ruido de los laburantes recolectores de basura. Gritos de alegría. De entusiasmo, de energía, de vida. ¿Concentración a esa hora? No, no debe ser. Continúa lo bullanguero. Me asomo al balcón del primer piso y veo los 200, quizás 300 detenidos al pie de sus bicicletas, respetuosos del semáforo de Viamonte y Callao. Van para el Bajo, para el Obelisco. Es la «masa nocturna del mes». La «Masa Crítica», como la llaman.
Es la bicicleteada de Masa Crítica Nocturna de Enero, en Buenos Aires Ciudad. Hay dos mensuales, la de los primeros domingos, diurna, y esta que cuento, por Luna Llena. Luna Llena, de noche, claro, a la madrugada, a las 2 en mi caso, como dije. Alguna voz de impaciencia, aislada, pero más que nada contra la luz roja. Respetuosos los muchachos y las muchachas. Menos pibas, cuando yo busco y veo. Más testosterona, con el pecho descubierto. Descamisados de esta generación de 20. Empezaron antes, con los sudorosos sans culottes de las revoluciones francesas, y aquí siguieron en el 45 (1945) con los morenos y fragoroso pardaje de Perón, para defender a Perón. Leyes laborales puso, y entonces (desde entonces) golpes de Estado le encargaron a los militares los de la oligarquía. Pero los descamisados lo rescatan a Perón y aquí estamos, todavía, haciendo peronismo, distribucionismo, populismo del bueno, o tratamos. Y la «Masa Crítica», me entero, está ahí, de pie cada uno en su bicicleta. O patineta (skeit) o triciclo dos ruedas o lo que fuera en ruedas.
«¡Agua, agua!», me gritan desde abajo. «¡Agua, agua señor!», se anima otro, protagonista más hábil para el reclamo. En seguida se suman: «¡Agua!». Bajo la luz amarilla, calurosa de los faroles esquineros de la avenida, se hacen sentir los 35 grados -o poco menos- del enero inusual. Y humedad, o clima espeso. De noche con plomo sobre la espalda y transpiración, y chicas lindas con leve remerita y chiquito top sobre el busto. Lindo sudor, el de ellas, pienso. «¡Agua!». Miro al más cercano e insistente y le preguntó: «¿Pero con qué?». «Con un vaso, dele». «!Ah, sí, pará!», le digo y entro. Agarro la botella de agua de la mesa en la oscuridad iluminada y en calzoncillos los rocío con ese litro valioso. Gritan de alegría. Mejor: de agradecimiento. Como los pibes que piden en la calle: si les das una moneda, no les sirve. Si te parás y hablás con ellos, te interesás, les dedicás unos pocos minutos de tu apuro vano, ellos eternamente agradecidos. Los consideraste. Los considero. Les presto atención, les digo así que son humanos, que están, que son. Que no son invisibles ni son fantasmas de la noche o la luz. Son como yo y como el otro, sólo que son niños y no tienen para comer, para nada. Si no tenés casa, techo, es como que no sos. Tardé en darme cuenta.
Los de atrás de la masa de bicicleteadores también levantan el pulgar o agradecen con una sonrisa hacia arriba, yo en el balcón. Un gota para cada uno, apenas, y agradecen. Algo cambió, me digo. Estos son nuevos. Esta muchachada es nueva, trae algo que yo no viví. Están más atados a la vida que a la muerte, aunque haya sido la muerte por dar la vida para un mundo mejor que no vino, o no vino como ilusionamos. ¿Se entiende?
Bicicleteadas ha habido muchas, en Argentina. Algunas, las primeras que recuerdo, malas. Comenzaron con el «rodrigazo», con Celestino Rodríguez ministro de economía en junio de 1975, y nos devaluaron el peso el 150 por ciento. De un día para otro pasé -pasamos- a ganar un salario 150 veces menor. El que había comprado algo el día anterior, hizo «negocio». Y nos jodimos todos, o casi. La «bicicleta» era eso: pedalear en vacío, detenido. Darle a la cadena y pedal de la bicicleta para quedarte en el mismo lado, sin avanzar sobre todo. Uno le da vueltas a los pedales de la bici para avanzar. Aquí no, el que tenía dinero en la mano o sabía unos días antes, no hacía nada, invertía en comprar algo y de pronto tenía 160 veces más, o debía 160 veces menos. El que tenía sueldo fijo, se jodía, se perjudicaba. Ganaba tantas veces menos a la mañana del día después. A ver, un ejemplo: como si el kilo de pan hoy cuesta 1 peso y mañana, sin avisar, 160 pesos. Y el salario permanece intacto. Primera bicicleta. La «bicicleta financiera» de la llamada entonces «patria financiera». El preanuncio de la dictadura militar. Hacer que una parte del peronismo en el gobierno haga la primera parte sucia para dar razones a desalojarlos y asesinarnos.
La bicicleta del peso y del dólar siguió. Sigue, hoy. Esta noche está a 12 pesos cada dólar. El que fija el gobierno, oficial, el legal, a menos de 7 pesos. Intento de otro nuevo desalojo a la democracia, nada de distribuir. Poner en contra a la gente para justificar el cambio, y ese cambio será para más «bicicleta». Seguro, primero un gran golpe en la cara de todos, que nos deje desnudos, y después la seguidilla de golpes menores, hasta que el salario no sea nada y la desocupación laboral sea muy alta. Calculemos: 10 millones de argentinos afuera, si nada, fuera del sistema.
Pero esta de ahora que veo, la que cuento del viernes último, es otra bicicleta. La de los pibes nuevos que parece se guían por la masa y por la astrología o los astros o la astronomía. Universalidad de movimiento del universo, o lunar, al menos. ¿No tienen ideología? ¡Guarda!, ojo con lo que se piensa y dice. Deben tener la suya. Mejor la bicicleta en pedaleo codo a codo y el aire y el calor y la noche que la mierda del dólar de mierda. Dólar mierdoso. Aquí es aliento y darle al pedaleo, con sudor, y si querés le mirás el traste a las chicas, que para eso están. Es cuerpo. Es poner cuerpo a la sangre, al sudor. Poner la carne de uno, y entregarse al sudor, a uno mismo y, si es posible, al otro. Todos juntos, con alegría, porque no hay tiempo de tristeza mientra le das a la bici hasta el Obelisco.
Me informan que hay una historia detrás de Masa Crítica (en bicicleta). Se puede escuchar y ver en:
Comenzó en otro lado, después se fue a Estados Unidos y desde hace unos cinco años está aquí. Hasta hace unos años «masa crítica» era una noción de intelectuales y de cultura ilustrada. Se caen las «ideologías» y entonces surge la «masa crítica», es decir, más o menos, el pensamiento crítico colectivo. Una conciencia o subconciencia crítica y reflexiva, que puede organizarse -o no- políticamente. «Masa crítica», diferente al concepto peyorativo de «masa» muy usado hasta 1955, cuando derrocaron al popular y distribucionista Perón. «Masa» hasta ahí era inconsciencia, turba, colectivo indiferenciado, una masacote uniforme, sin destino y conducido por el «tirano», o por cualquiera. «Masa crítica» ahora es en los libros el pensamiento crítico masivo, colectivo, hecho conjunto que observa y dilucida sin tener el catecismo de la televisión.
Y después, o ahora, la otra. La Masa Crítica Nocturna, dos por mes, que se junta en bicicletas para marchar juntos. Usar energía, poner el cuerpo. La sangre y el sudor, dije. Y está bueno, porque así se sabe que está vivo. A pedalear, esa noche, que el semáforo se puso en verde. Varios muchachos me alzan el pulgar como reconocimiento. Dos o tres chicas me miran y se sonríen. Me pongo más contento, y entonces me acuesto de nuevo y me duermo.
LA RENGA
‘MOTOR ALMA Y SANGRE’
Si en sus manos ya no hay tiempo
todo está en su corazón
va buscando aún su estrella
en las rutas su motor.
Revisá todo, en tu interior,
para salir en la mañana
detrás del sol,
y al ver que en la ruta
hierve la sangre de tu pasión,
busca el secreto que trae el viento
búscalo…
El secreto de los vientos
guarda bien en su verdad,
ha renacido con su aliento
para mostrarme que estoy muy atrás.
Revisá todo en tu interior
para salir en la mañana
detrás del sol,
y al ver que en la ruta
hierve la sangre de mi pasión
guarda el secreto que trae el viento
guárdalo…
Revisá todo en tu interior
para salir en la mañana
detrás del sol,
y al ver que en la ruta
hierve la sangre de tu pasión,
guardá el secreto que trae el viento
guárdalo…
Fuente: musica.com
Letra añadida por DJ PaloT
La Renga
http://www.musica.com/letras.asp?letra=813405
‘CUANDO VENDRAN’
Es que la muerte está tan segura de vencer
que nos da toda una vida de ventaja.
tu empresa líder funciona bien en el caos
inventando analgésicos para poder seguir,
cuando el mundo no tiene respuestas
o se vuelve incomprensible,
yo sigo acá, insoportablemente vivo.
Si del principio hubiera aprendido a ser un animal
hoy tendría un instinto noble a cambio de esta pena
y si la ruta me va dejando
será que un buscador nunca llegará a destino.
Cuando el mundo no tiene respuesta
o se vuelve incomprensible,
recuerda que un guerrero toma todo como un desafío.
Cuándo vendrán los días de sol
y no tener más esa nube en el cielo.
Cuándo vendrán las noches de estrellas
y no tener más en mi casa ese techo.
Cuando vendrá la canción primitiva
y no tener más sobre mi corazón una cabeza.
Fuente: musica.com
La Renga
http://www.musica.com/letras.asp?letra=25180
la renga
motor alma y sangre
GUSTAVO ADRIAN CUELLO
Subido YOUTUBE el 19/10/2010
la renga –
cuando vendran
Javier Vargas
Subido a YOUTUBE el 6/01/2008
huracan ’01, insoportablemente vivo
1 Comentarios
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