Tiene disposición y naturaleza. Dotada por lo natural. Debe aprender a manejar el espacio. Mi cámara tiene posibilidades imaginadas de enseñarle. Puede llegar a ser cautivante, y salirse de lo común, según quién la revele. Rsta esa revelación de una mirada que pula su belleza y atracción pero hecha imagen, percepción e interpretación ilustrada de Mujer.




Actuar la desnudez, en esto consiste lo sustancial y esencial, ontología y metáfisica del desnudo. No se trata, simplemente, de quitarse los vestidos. Sino de mostrar la desnudez sin temores ni culpas -más allá de la lindura convencional y reglada por la moda y las modas de consumo-, pero moviéndose en el espacio y haciendo expresiva cada parte y detalle de la carnalidad para ofrecer la oportunidad de significar algo, de dar un sentido. Todo depende de esta disposición natural y aprendizaje que necesita quien dirija y sugiera, si las dotes de la mujer desnuda son claras aunque aunque sin explorar ni explotar. La Mirada es la que crea el objeto bello que imagina el Autor y lo instrumentaliza con sus manos y conceptos, valores, ideología, cultura (ilustrada o no), libertad, y creatividad imaginaria e ilusionista de luez y escenografías a partir de un ser, en este caso en Desnudez Mujer, que el Autor percibe como atractivo más que nada por las probabilidades -siempre inciertas, siempre a confirmar- de explorar, recomponer y representar lo distinto en un nuevo objeto que se llama imagen. Imagen Mujer. Y que pasa a integrar el mundo como algo nunca visto, o no visto al menos con frecuencia.


2 Comentarios
que bellas fotos de nueva cuenta , nos cautiva con su trabajo, me encanta el arte de su lente, el juego de las sombras, la musa hermosa, su trabajo excelente maestro, felicidades, saludos
Tengo unas 2.000 fotos de ella. Volveré a publicar, mucho. Pero aún no he visto nada. Fue una sola vez. Lo que prevía, a fuerza de experiencia, se produjo. Ya no volverá. Pero quedan las 2.000. Ya se verá. La cosecha de mujeres nunca se acaba, repite la vieja cumbia colombiana. Y la primavera vuelve, siempre, después del invierno. Hay que estar preparado para -con suerte, no siempre depende uno mismo- poder disfrutarla.