LO QUE ACASO QUISO DECIR LUCRECIA MARTEL, SIN DUDAS LA MEJOR REALIZADORA DEL CINE ARGENTINO
Si hacemos uniforme el lenguaje, el discurso, la narración de todos los días entonces desaparece la condición de humano, que se distingue por su capacidad de simbolizar. La pobreza niega la condición humana, la anula. Quien está atrapado las 24 horas del día en buscar comida para sobrevivir, no puede simbolizar nada. Entonces, al hecho de reducir al sujeto humano en una especie nada más que biológica, «animal» mediante la miseria e indigencia material (el 35% en Argentina) , sin capacidad de pensar o simbolizar mediante el uso del lenguaje, la palabra, se debe sumar la narrativa homogeneizante, uniforme, rutinaria, simple y bruda de los medios de comunicación. Se anula el presente. Nuestro presente desaparece, ya por hambre, ya por el uso de un lenguaje básico inhumano. Y solo se puede pensar en mañana, en qué doy de comer a mi familia mañana, y en el otro extremo, en cómo pago la próxima cuota de las cosas innecesarias que compro. Y esto es un negocio de grandes empresas, organizaciones que de tan complejas son invisibles, abstractas, nadie las ve o siquiera imagina. Y entonces la especie humana deja de ser tal, no puede simbolizar nada, se disuelve, se brutaliza por consumo innecesario o por pobreza (dos formas de la miseria) y el humano se pierde como tal, se deshumaniza, convertido en algo espantoso, sumiso, servil, pasivo, inocuo. El humano o la humanidad dejan de existir y quedan inermes, confusos, anulados, brutalizados. Ese es el efecto del actual «modelo» cultural-económico-político mundial, con riqueza muy concentrada. (Interpretación de AMILCAR MORETTI)

LUCRECIA MARTEL EN «EL PLANETA URBANO», REVISTA DE «TENDENCIAS», EL PASADO SÁBADO 6 DE ABRIL
(Entrevista de Rolando Gallego. Buenos Aires)
«Somos una especie que depende del intercambio simbólico. Buscamos comida para tener fuerzas para eso. La pobreza no es un índice de accesos a bienes. Es la negación de la condición de humanidad del otro, que tiene que usar todas sus horas para buscar comida. Desbaratándonos como especie. Cuando se habla de canasta básica, me espanta. Porque ya se ha negado en ese concepto la necesidad de intercambio simbólico fundamental para considerar la propia existencia. Y del otro lado, la abundancia venenosa, donde el sentido de la existencia está en la posesión, y en adecuar la satisfacción al consumo. ¿Cómo hemos logrado que unas criaturas tan extraordinarias como los humanos se transformen en gente tan sumisa? Es una madeja, pero voy a tirar de un hilo: es preciso domesticar el tiempo, hacer desaparecer el presente, y lanzarnos como las ratas de Hamelín hacia un futuro indispensable, para el crédito, la deuda. Un sentido del tiempo empeñado hacia el futuro, un invento del que podríamos prescindir. Para lograr eso es necesario homogeneizar la narrativa. Hacerle creer al público que hay un modo de organizar el tiempo. Y eso es lo que más me preocupa de lo que está pasando. Hay una narrativa que desde empresas exitosas ha sido legitimada. Y cada fin de semana bebemos su medicina por seasons».
En: https://elplanetaurbano.com/2019/04/lucrecia-martel-%C2%B7-en-primer-plano/

Alianza de Lucrecia Martel con Björk para dirigir Cornucopia en Manhattan
La reciente alianza de Lucrecia Martel con Björk para dirigir «Cornucopia» en ocho funciones en Manhattan, se produjo cuando «la cantante y performer islandesa la convocó tras la salida de John Tiffany (“Once”, “Harry Potter y el legado maldito”) para asegurarse un nivel aún más elevado en la puesta que llevará a The Shed, espacio próximo a inaugurarse y que promete, como el espectáculo, revolucionar Manhattan. “Me siento muy orgullosa de poder trabajar junto a una de las mujeres más innovadoras del mundo de la música. Colaborar en un show de Björk es un pasaporte al siglo XXII”. La sociedad Martel-Björk promete avanzar en un espectáculo donde la concepción sobre espacio, tiempo y sonido será clave para aquellos que puedan ver alguna de las ocho presentaciones que se harán de «Cornucopia«.



