Es interesante lo que el sociólogo y ensayista polaco Zygmunt Bauman repite hoy domingo 10 en el diario EL PAÍS, de España, sobre la antigua contradicción entre libertad y seguridad, y entre líderes y posibilidad de sobrevivencia o ausencia de líderes y en libertad absoluta pero sin probabilidad de organizarse y sobrevivir (los indignados españoles). También es de interés lo que recuerda sobre las redes sociales de internet (entre paréntesis: Facebook me suspendió creo que ayer por tres días porque algún envidioso o alguna resentida me objetaron).

http://cultura.elpais.com/cultura/2015/12/30/babelia/1451504427_675885.html

En suma, que si en deriva de pensamiento aplico a la Argentina actual lo que dice Bauman sobre esas cuestiones, me surgen asuntos dispares pero coincidentes y continuados:

             Un asunto: pienso que a Vidal en la provincia le da una patada en el culo lo que queda de la “maldita policía” y que al electo por el 51 % de los sufragantes lo van a dejar avanzar bastante en destruir todo, y entonces -cuando ya no quede nada- los poderosos le dan otra patada en el culo, porque ya tienen el camino allanado y libre y las culpas serán “solo” del…del… de un pelotudo. Y ahí comenzará la verdadera disputa. No sé cuánto tardará en romper todo un pelotudo (semanas, tres meses o uno o dos años, menos de dos años, no lo veo dos años), pero él cree que los ricos van a quedar saciados. Nunca estarán saciados. Siempre quieren más. Y esa es su trampa, la de un… pelotudo. Se lo comerán ellos porque la situación se hará insoportable. De parte del pueblo, no veo por ahora que tome conciencia política, sino que de a poco se dará cuenta de que la guita no le alcanza. Y ahí no habrá baile presidencial que sirva. Pero estar mal no es conciencia política y menos, organización. Así que ahí sí veo que comenzará la  disputa verdadera, pero nosotros -asalariados- desde cero, o desde casi cero, con un retroceso en seis meses de 30 o 50 años.

             Cuando el dólar en uno o dos meses esté a 18 pesos, tampoco estarán conformes. Pedirán 25 pesos y ahí explota el sistema interno. Además, apenas lleguen los 19-65 mil millones que piensa pedir de deuda externa, la enmerdamos del todo. Eso después habrá que pagarlo. Y no habrá guita. Por unos meses una parte de esa guita puede salvar a un pelotudo y entretener al lumpenaje del 51% (clases medias bajas y sectores populares nunca politizados, apenas cuando los estimularon a hacer gorilismo rústico), pero cuando llegue el momento de pagar con intereses, se va todo a la mierda. Y ahí veo la disputa verdadera. Puede subir Frankenstein o un tipo o mujer inteligente, pero desde cero. Y la otra es que le den los poderosos una patada en el culo ya, ahora, porque no les sirve ni siquiera para hacer verso. Y otra cosa es qué va a pasar cuando comience a actuar Cristina, con la tropa que le quede, porque el Frente para la V. y el peronismo son y fueron siempre un quilombo solo ordenado por Perón.

Digo, digo todo esto, pero son conjeturas.

Amílcar

           “España ha sido un ejemplo en aquella famosa iniciativa de mayo (el 15-M), en que esa gente tomó las plazas, discutiendo, tratando de sustituir los procedimientos parlamentarios por algún tipo de democracia directa. Eso probó tener una corta vida. Las políticas de austeridad van a continuar, no las podían parar, pero pueden ser relativamente efectivos en introducir nuevas formas de hacer las cosas. (…) “La gente suspendió sus diferencias por un tiempo en la plaza por un propósito común. Si el propósito es negativo, enfadarse con alguien, hay más altas posibilidades de éxito. En cierto sentido pudo ser una explosión de solidaridad, pero las explosiones son muy potentes y muy breves.”

           El “péndulo” entre libertad y seguridad “son dos valores tremendamente difíciles de conciliar. Si tienes más seguridad tienes que renunciar a cierta libertad, si quieres más libertad tienes que renunciar a seguridad. Ese dilema va a continuar para siempre. Hace 40 años creímos que había triunfado la libertad y estábamos en una orgía consumista. Todo parecía posible mediante el crédito: que quieres una casa, un coche… ya lo pagarás después. Ha sido un despertar muy amargo el de 2008, cuando se acabó el crédito fácil. La catástrofe que vino, el colapso social, fue para la clase media, que fue arrastrada rápidamente a lo que llamamos precariado. La categoría de los que viven en una precariedad continuada: no saber si su empresa se va a fusionar o la va a comprar otra y se van a ir al paro, no saber si lo que ha costado tanto esfuerzo les pertenece… El conflicto, el antagonismo, ya no es entre clases, sino el de cada persona con la sociedad. No es solo una falta de seguridad, también es una falta de libertad.”

         “La diferencia entre la comunidad y la red (red social, como Facebook, por ejemplo) (2) es que tú perteneces a la comunidad pero la red te pertenece a ti. Puedes añadir amigos y puedes borrarlos, controlas a la gente con la que te relacionadas. La gente se siente un poco mejor porque la soledad es la gran amenaza en estos tiempos de individualización. Pero en las redes es tan fácil añadir amigos o borrarlos que no necesitas habilidades sociales.”

           “España ha sido un ejemplo en aquella famosa iniciativa de mayo (el 15-M), en que esa gente tomó las plazas, discutiendo, tratando de sustituir los procedimientos parlamentarios por algún tipo de democracia directa. Eso probó tener una corta vida. Las políticas de austeridad van a continuar, no las podían parar, pero pueden ser relativamente efectivos en introducir nuevas formas de hacer las cosas. (…) “La gente suspendió sus diferencias por un tiempo en la plaza por un propósito común. Si el propósito es negativo, enfadarse con alguien, hay más altas posibilidades de éxito. En cierto sentido pudo ser una explosión de solidaridad, pero las explosiones son muy potentes y muy breves.”

           El “péndulo” entre libertad y seguridad “son dos valores tremendamente difíciles de conciliar. Si tienes más seguridad tienes que renunciar a cierta libertad, si quieres más libertad tienes que renunciar a seguridad. Ese dilema va a continuar para siempre. Hace 40 años creímos que había triunfado la libertad y estábamos en una orgía consumista. Todo parecía posible mediante el crédito: que quieres una casa, un coche… ya lo pagarás después. Ha sido un despertar muy amargo el de 2008, cuando se acabó el crédito fácil. La catástrofe que vino, el colapso social, fue para la clase media, que fue arrastrada rápidamente a lo que llamamos precariado. La categoría de los que viven en una precariedad continuada: no saber si su empresa se va a fusionar o la va a comprar otra y se van a ir al paro, no saber si lo que ha costado tanto esfuerzo les pertenece… El conflicto, el antagonismo, ya no es entre clases, sino el de cada persona con la sociedad. No es solo una falta de seguridad, también es una falta de libertad.”

         “La diferencia entre la comunidad y la red (red social, como Facebook, por ejemplo) es que tú perteneces a la comunidad pero la red te pertenece a ti. Puedes añadir amigos y puedes borrarlos, controlas a la gente con la que te relacionadas. La gente se siente un poco mejor porque la soledad es la gran amenaza en estos tiempos de individualización. Pero en las redes es tan fácil añadir amigos o borrarlos que no necesitas habilidades sociales.”

http://cultura.elpais.com/cultura/2015/12/30/babelia/1451504427_675885.html

(1) Lo transcripto por EROTICA DE LA CULTURA son apenas fagmentos de la entrevista a Zygmunt Bauman en el diario EL PAÍS de España, publicada hoy domingo 10 de enero del 2016. Babelia.)

(2) Añadido del autor de EROTICA DE LA CULTURA