«Tomarse las manos es un lujo
que solo se permiten los gordos».
MARGARET ATWOOOD
(la de «El Cuento de la Criada»)

«Algunos dirán que no hay excusa
para esta conspiración nuestra: mientras los hombres
se matan y mutilan los unos a los otros, y lo llaman política; incendian
edificios; queman a niños; hieren
a mujeres en los ojos o en el vientre, nosotros
nos cogemos las manos en el bar de la esquina.
«Una distracción aparta tu mente
del trabajo o de la pantalla inquieta
donde la muerte es un suceso, el amor
no lo es, a no ser que se trate de un doble
suicidio. ¿Cómo puedo justificar
este tierno poema frente al más puro
horror? Una refinada apariencia, una
estupidez en este lugar de agrietado
fango gris, en el que los bebés se hinchan
y luego se marchitan y solo hay una
forma rápida de huir del hambre.
«Cogerse las manos es un lujo
que solo se permiten los gordos.
No obstante, si no hubiera otra cosa
más que matar o que te maten, ¿por qué no
matar, entonces?»
(Pags.77-79 de «Historias reales. Poesía» de Margaret Atwood. Editorial Brughera. Barcelona, 2010)

