El peronismo es un movimiento que se mueve pero no se hunde.
Lo dicho es una transpolación, pero vale en términos históricos y políticos.
Acabo de leer en una publicación especializada que Freud decía que, como movimiento, el psicoanálisis «se mueve pero no se hunde» (1). Lo afirma el psicoanalista o psicólogo Miguel Tollo en una contribución como ensayo breve titulada «Infancia, políticas y psicoanálisis» en la publicación «Actualidad Psicológica» de este mes, editada en la CABA.
En la página 24, Tollo incluye la mención en una explicativa oración que dice así:
«Creo que el psicoanálisis no solo como personas aisladas o instituciones sino como movimiento, que como decía Freud se mueve pero no se hunde, necesita generar y alentar los modos colectivos de participación y reflexión interna y externa para ser más eficaz en su política, profundizar ese compromiso con lo público, con la cosa pública, de modo que se amplíe y actualice su potencia originaria».
Creo que el peronismo, el kirchnerismo hoy en Argentina, en muchos aspectos aventaja en «compromiso» y «potencia» al psicoanálisis argentino aplicado en consultorio. Y también pienso que la afirmación de Tollo le sirve al peronismo-kirchnerismo, como reflexión (aún en otra esfera) a tener en cuenta, como observación y como estímulo para continuar con su avance y flexibilización político-cultural que siempre ha caracterizado la peculiar naturaleza del movimiento fundado por Perón hace ya 70 años. Y aún sigue moviéndose -porque como subrayaba siempre se trata de un Movimiento y no de un partido como los tradicionales partidos políticos («demo-liberales», solía calificarlos)-, y como Movimiento se mueve pero no se hunde. Y cuando ha parecido diluirse, ha resurgido, brotado de nuevo de otra forma, inesperada e impensable.
AMILCAR MORETTI
(1) Miguel Tollo, «Infancia, políticas y psicoanálisis». Págs. 21 a 24 de «Actualidad Psicológica», Año XI Nro.443, agosto 2015, Buenos Aires.