Ante las dimensiones de la crisis económica mundial con un espantoso crecimiento de la desocupación laboral y una denigrante baja de los salarios (una regresión a los años 1945 o 1930), han proliferado los “emprendedores de vida” (de voluntad) (“coachs” se los denomina), quienes aseguran que aún cuando el mundo se venga abajo todo depende de la voluntad, persistencia y energía propias e individual (con la consecuente negación de lo real) que pongas en conseguir tu “meta”, que no es otra que tener éxito, es decir, dinero, sobre todo, para sentirte logrado y poder acceder a las otras esferas de la “felicidad”: una familia, hijos, nietos, etc.
Hay allí una atormentada y casi perversa exigencia de “felicidad”, como si ese difuso estado existencial fuese algo forzado, una obligación. De partida, si es obligatoria, no es felicidad. Si pese a tus esfuerzos -en los que puede irte la vida y el amor por una pareja o tu familia, si es que la has logrado, la “felicidad”, nada fácil hoy), si aún habiéndose deslomado por años no has logrado el “éxito” es que “no te has esforzado demasiado”. Te falta resistencia. La culpa y responsabilidad es tuya, exclusivamente tuya. Y si así ocurre, debes terminar tus días sereno y tranquilo, que ya vendrá tu “compensación” (salvo en la trascendencia de las religiones, ¿dónde y cuándo?).
(La imagen de tapa (Home) fue compuesta por AMILCAR MORETTI en la medianoche del 29 de marzo del 2022. En La Plata, a 60 kilómetros al sur de Buenos Aires).
Habría que obligar a Will Smith, el golpeador de hombres menudos, a leer unas diez veces “La muerte de un viajante”, de Arthur Miller, su conciudadano. Smith diría que Willy Loman se suicidó porque no se esforzó lo suficiente. Es interesante imaginar que hubiera hecho Will Smith si por esas vueltas de la vida y Hollywood el chiste malo desde el escenario lo hubiesen hecho el estadounidense Trevor Bryan o el ucraniano Oleksandr Usyk, ambos campeones mundiales de box de peso pesado de más de 90 kilos. Salvo, como sospecho, que todo haya sido una puesta en escena, algo preparado.
En fin, resulta que si no has logrado ser exitoso (dinero y confortabilidad) en tu vida , dedícate a la meditación, cállate y no protestes agriamente en la calle junto con cientos de miles de personas porque el sistema no es igualitario, si las diferencias de clase y educacionales son abismales, si la mayoría de los trabajos son basura mal paga y solo puede alquilar vivienda una parte de la sociedad, y la otra -mucha gente, en Los Angeles, Nueva York, Pensylvania, Detroit, Buenos Aires, Madrid y todos los países del Este ex-comunista-Bulgaria, Albania, Rumania, los Balcanes, Lituania, Letonia, Ucrania, República Checa, etc.) que vive, sufre y muere en las calles.
Ahora bien, qué tiene que ver todo esto con las imágenes que posteo aquí. Pensaba en reflexionar sobre otra “exigencia” actual: la del orgasmo. En los 80 y 90 las mujeres que no alcanzaban eso llamado orgasmo eran consideradas poco menos que humanas fracasadas (en Argentina, mucho se sintió esto después de la dictadura militar, desde 1984). Después vinieron por televisión los juguetes sexuales (dildos, vibradores, chupadores de clítoris) y se “solucionó” la cuestión: muchas tuvieron su primer orgasmo. Con un aparato. Solas y un aparato. Pajeras. Onanistas.
Por esa misma época se acusaba de “baboso pajero” a todo hombre que mostraba demasiada debilidad frente a la voluptuosidad exhibida de una mujer. “¡Pajero, baboso”, insultaban ellas. Ahora, la denigración puede ejercerse a la inversa. “Tienes solo un consolador y succionador de clítoris porque no tienes un humano a tu lado, en la cama, en tu vida, que te quiera. ¿No sabes qué hacer con un hombre, con su miembro, con su cuerpo, con su pija? Entonces, buscas una mujer como pareja. Pero resulta que la mujer amante de mujeres usa vibradores, consoladores, succionadores como los varones, seguramente más, y quién sabe qué otros adminículos sexuales, en las que ellas son cada vez más expertas, entre ellas. Si no se supiera esto, basta ver la película “LAS HIJAS DEL FUEGO” de la argentina Albertina Carri (que prepara una continuación con la participación de buenas intérpretes conocidas de ERÓTICA DE LA CULTURA, como Mijal Katsowitcz, actriz, bailarina, directora, gestora (@mijakatzo) (1)
Bueno, como se verá, la cuestión de la exigencia obligatoria de tener un orgasmo cúspide en el acto amoroso es algo que me ha quedado para otro momento. En todo caso está el orgasmo encadenado, que también puede aprender el varón.
AMILCAR MORETTI
(1) https://derrocandoaroca.wordpress.com/tag/mijal-katzowicz/
(La imagen de tapa (Home) fue compuesta por AMILCAR MORETTI en la medianoche del 29 de marzo del 2022. En La Plata, a 60 kilómetros al sur de Buenos Aires).