AMILCAR MORETTI fotografía a Ana de Buenos Aires. Las cautivas de los malones. Las que no quisieron regresar a la «civilización» y prefirieron la barbarie. «JAUJA», el filme tan poco visto del destacado joven cineasta argentino LISANDRO ALONSO («La libertad», «Los muertos», de los que tanto escribí hace años en prensa escrita -diario EL DIA de La Plata).






Las cautivas
Por
Peña de Historia del Sur. Ana di Cesare, Gerónimo Rombolá, Beatriz Clavenna
http://ellostambienamaron.blogspot.com.ar/2009/10/las-cautivas.html
«Mansilla sorprendido le preguntó a la mujer
– ¿A pesar de ser cautiva cree Ud. en Dios?-
Fermina tiene su respuesta:
– ¿Y qué culpa tiene él de lo que me sucedió? Más culpa tiene el hombre blanco que no sabe defender a los suyos.-«
«Durante muchos años las tierras que rodean al conurbano de Buenos Aires hacia las provincias fueron escenarios de luchas, de muertes, de desolación y de desgarro cultural. Se enfrentaban dos grupos humanos: el de los blancos que quería ampliar sus fronteras y; el de los indígenas, verdaderos dueños de las llanuras, que no las defendían.
«La lucha era despareja: alguna vez la fuerza del malón arrasaba un magro fortín en el que los criollos rendían sus vidas a pesar del pertrecho; en general, las armas de fuego diezmaban al indio.
«De entre tantas víctimas, hubo una que dejó en los enfrentamientos mucho más que la vida: la mujer, que desde la llegada al fortín se preparaba para un rosario de pérdidas.
«Ella ha sido a lo largo de la historia botín de guerra, y en las luchas de fronteras, perteneciera a uno u otro bando, fue la gran perdedora. No era masacrada; raptada por el vencedor dejaba atrás sus afectos, su dignidad, sus patrones culturales.
«Fue víctima la india, “la china” que “satisfizo” el deseo de la soldadesca y, la cristiana que era llevada a la toldería, alejada de toda esperanza.
«Cientos de familias, sin diferencia de clases, perdieron madres, hijas, hermanas. Desde la habitante del fortín a aquella encumbrada señora que eventualmente viajaba de un punto al otro por la Pampa, fueron arrastradas al galope junto al pecho de un desconocido que, desde allí sería su señor.
«La vida de la mujer en el siglo XIX no era fácil, pero mucho menos lo era entre los indios. El hombre era guerrero, todo el resto del trabajo para la supervivencia quedaba en manos femeninas. Era desde la cultura de los blancos “una esclava paridora”. Para la cautiva la existencia era más conflictiva que para las propias mujeres indígenas. Sufría la imposición del hombre que la había apropiado y, el maltrato de las indias mientras fuera la favorita del raptor.
«Innumerables relaciones nos cuentan de sus zozobras, de los artilugios que urdían para huir de sus captores y, de las torturas a las que eran sometidas. Sin embargo, otros relatos como los de Mansilla, pintan su situación con matices muy diferentes.
«Sabemos que las familias afectadas nunca se resignaban a este tipo de pérdidas y recurrían al rescate por dinero, la mayor parte de las veces en vano. También sabemos que los militares triunfadores insistían en devolver las blancas rescatadas, “a la civilización”; ellas se negaban a regresar.
«¿Porqué? Había muchas razones, de nuevo entre los suyos, despertaban recelos por su convivencia con el “salvaje”; sufrían nuevamente el desgarro de ser separadas de los hijos, esta vez de los mestizos. Basta recordar la canción “…Ya no soy Huinca(1) Capitán, hace tiempo lo fui..”
«El prejuicio, la distancia, ¿Por qué no el amor?
«Allí está Fermina Zárate, la esposa del cacique Ramón Cabral, a quien había dado muchos hijos; ella rechazaba con horror la propuesta de Mansilla de volver a Buenos Aires. En los toldos estaba su vida, si había sido cristiana el amor por ese hombre que fue un desconocido, le había desmemoriado el corazón.
«Fermina es sólo una de las tantas anónimas que cruzaron su sangre logrando con el amor la libertad.»
(1) Huinca: apelativo que los indígenas daban al hombre blanco.
© Peña de Historia del Sur. Ana di Cesare, Gerónimo Rombolá, Beatriz Clavenna
Versión para Internet, del original publicado en mayo de 1994
http://ellostambienamaron.blogspot.com.ar/2009/10/las-cautivas.html
* Este artículo se encuentra protegido por las leyes de derecho de autor, se prohíbe su reproducción total o parcial sin la autorización escrita de sus autores. (AMILCAR MORETTI, autor de EROTICA DE LA CULTURA: aclaro que todos los derechos pertenecen a la autora de la investigación y nota. Yo apenas intento divulgar información sobre hechos no muy tratados y, en todo caso, otorgar un marco legítimo de gravedad intelectual al tipo de imágenes al cual me dedico y que, aprecio, en el caso del presente post recogen -sin quererlo intencionadamente- una suerte de herencia: se trata de una modelo, Ana, que es de piel morena como el nativo original argentino y lleva apellido polaco. Aquellas primeras interinfluencias entre blancos europeos y aborígenes, que permitieron que Argentina no fuera un país con tendencias notables discriminatorias en materia de color de piel, derivaron a la vez a habilitar culturalmente para la aceptación de la gran inmigración post 1895, tras el genocidio de los nativos originales).




Modelo: ANA DE BUENOS AIRES
EL HOMBRE QUE AMO (The Man is Love). Billie Holiday
Estrenada el 27 de Noviembre de 2014
Jauja (Argentina-Estados Unidos-México-Holanda-Francia/2014). Dirección: Lisandro Alonso. Elenco: Viggo Mortensen, Ghita Nørby, Viilbjork Malling, Esteban Bigliardi, Diego Román y Adrián Fondari. Guión: Fabián Casas y Lisandro Alonso. Fotografía: Timo Salminen. Música: Viggo Mortensen. Edición: Natalia López y Gonzalo Del Val. Sonido: Catriel Vildosola. Distribuidora: Distribution Company. Duración: 108 minutos.
El nuevo film de Lisandro Alonso arranca con un cartel que habla de la leyenda de Xauxa, una suerte de paraíso terrenal, un lugar mitológico que muchos han buscado desde tiempos inmemoriales.
Y precisamente de una búsqueda trata la que es su película más ambiciosa (en todo sentido) hasta la fecha. Ambiciosa porque tiene un nivel de producción varias veces más importante que en sus film anteriores, porque cuenta con una estrella de relieve internacional como Viggo Mortensen como protagonista (además de coproductor y músico), porque incursiona -con muchas libertades, es cierto- en el cine de época (con la ayuda del coguionista Fabián Casas), y porque por primera vez apuesta por lo narrativo sin por ello despegarse por completo de lo experimental.
El director de La libertad, Los muertos, Fantasma y Liverpool (película esta última con la que mantiene más de un punto en común) se traslada otra vez al Sur y, más precisamente, a los tiempos de la Conquista del Desierto (1882) para narrar las desventuras de un militar danés cuya hija adolescente se fuga con un soldado raso, petiso y criollo. En esa tierra inhóspita, en medio de trincheras y de la guerra contra el indio, el protagonista saldrá en busca de la joven quinceañera, mientras empieza a apreciar los estragos que ha causado en la región un legendario coronel llamado Zuluaga.
Si bien en el film hay un poco de todo (tiroteos, secuestros, persecuciones, torturas, cadáveres, encuentros místicos y más), Alonso nunca abandona del todo el estilo minimalista y contemplativo de sus trabajos previos. Hay, sí, elementos de género más fuertes (desde el western hasta el melodrama), pero el director no cede a la tentación de recurrir a resoluciones y golpes de efecto propios de un cine más industrial.
Puede que algunos vean a Jauja como la película más «convencional» de Alonso, pero no es mi caso. Es igual (o más) audaz que su obra anterior (con el riesgo adicional de estar hablada en buena parte en danés) y con una apuesta hasta metafísica y espiritual por demás arriesgada (con diferentes dimensiones y viajes temporales). Estamos ante un Alonso más maduro y más conciente de sus búsquedas y de las herramientas a su alcance, un realizador que apuesta al cambio sin traicionarse, que se plantea nuevos desafíos manteniéndose fiel y honesto a sus convicciones.
En Jauja -que se presenta en dos formatos distintos según la sala de exhibición (el 4:3 más angosto y el 16:9 más panorámico) y en la que trabajó por primera vez con el notable fotógrafo finlandés Timo Salminen, habitual colaborador de Aki Kaurismäki- hay algo del cine del portugués Miguel Gomes (sobre todo de Tabú) de -por qué no- La película del rey, de Carlos Sorín; de la filmografía del catalán Albert Serra (especialmente a la hora de apropiarse, revisitar y reescribir a su gusto la Historia, ya que lo más lógico hubiese sido que los protagonistas fuesen ingleses y no daneses), pero también esa capacidad para conseguir climas hipnóticos, oníricos y fascinantes.
Un director que no busca la poesía de manera premeditada, presuntuosa ni artifical, pero cuya extraña sensibilidad hace que sus imágenes posean una carga lírica y una belleza infrecuentes en el cine contemporáneo. Hay otra mirada y es para celebrar.
http://www.otroscines.com/criticas_detalle.php?idnota=9183
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29 MDQ FEST: Crítica de JAUJA (2014) Dir. Lisandro Alonso
por Marianela Santillan2 Comentarios119 vistas
Escrito por Marianela Santillan
FICHA TÉCNICA DE LA PELÍCULA
Director: Lisandro Alonso
Guión: Lisandro Alonso y Fabián Casas
Director de Fotografía: Timo Salminen
Reparto: Viggo Mortensen, Ghita Nørby, Viilbjork Malling Agge
Producida por: Coproducción Argentina-USA-México-Holanda; 4L / Massive Inc. / Perceval Films / Mantarraya Producciones / Fortuna Films/Kamoli Films/ The Match Factory/ Wanka
Jefa de producción: Micaela Buye
Director de Arte: Sebastián Roses
Duración: 108 minutos.
Estreno en Buenos Aires: 27/11/2014
El tiempo del deseo
En el marco del 29 Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, se exhibió JAUJA de Lisandro Alonso como uno de los films dentro de la Competencia Internacional. Cabe recordarse que sólo tres películas argentinas compiten en esta sección: Jauja, La vida de Alguien de Ezequiel Acuña, y El perro Molina de José Celestino Campusano.
Jauja, el nuevo film de Lisandro Alonso podría catalogarse como una road movie, pero sin road; ya que aquí el escenario patagónico es el gran protagonista indiscutido. Jauja comienza con un cartel que ocupa toda la pantalla, allí se explica la leyenda de Xauxa, una suerte de paraíso terrenal, una tierra mitológica caracterizada por la abundancia y la felicidad. Dicha tierra fue buscada por muchos, todos ellos se perdieron en el camino.
De esta forma la película más ambiciosa de Lisandro Alonso se enmarca en una búsqueda. Ambiciosa porque por primera vez el realizador se arriesga a brindar una propuesta narrativa –pero manteniendo lo experimental que caracteriza su cine-, porque ya no se trabaja con no actores, sino con un elenco profesional encabezado por el carismático Viggo “Guido” Mortensen; Fabián Casas oficia de co guionista, y porque la producción es bastante más importante que en sus cuatro films anteriores.
Alonso nos vuelve a situar en el sur de Argentina. En épocas de la Conquista del Desierto, Gunnar Dinesen (Viggo Mortensen) un militar danés permanece allí para comandar la campaña, pero la rutina cambia cuando un día su hija quinceañera Ingeborg (Viilbjørk Malling Agger) se fuga con el corto, uno de los soldados. A partir de esa fractura familiar, Dinesen emprenderá la búsqueda que lo internará aún más en esa tierra inhóspita, seca y fría que alberga trincheras y guerras contra indios, además de las matanzas desmedidas que el coronel Zuluaga ha causado.
En este punto Jauja, como las otras películas de Alonso aborda el misterio de la familia, sobre esos lazos que nos unen a los que nos precedieron y los que nos continúan, aborda lo perdido, lo agobiante, y lo incómodo de estar en un lugar que no nos termina de pertenecer del todo -Alonso cuenta que se inspiró en el crimen de una crítica de cine amiga en el exterior para tomar este tema en la película, y dedica el film a la memoria de su amiga-. Más cercana a Liverpool y a Los Muertos, Jauja retoma la idea de encuentro frustrado, de reuniones que no ocurren como se planearon, y sobre todo de búsqueda.
Así a partir de la primera media hora el eje del film cambia y se centra en el deseo del personaje de Mortensen, deseo por encontrar a su hija pero también deseo por la verdad; por entender que pasa y saber cual es el mágico secreto que ese lugar salvaje oculta. Los dos tercios de película que continúan tienen persecuciones, cadáveres, sorpresa y sangre, pero aún así son más característicos y similares al estilo Alonso que ya conocemos: planos largos y silenciosos, estilo minimalista y contemplativo, y una fotografía que se aleja del protagonista, mientras la historia lo adentra cada vez más en lo mágico, lo metafísico e incluso en un cambio temporal.
A poco de culminar el film brinda un momento que rememorará al gran Leonardo Favio en la maravillosa Nazareno Cruz y El lobo, incluyendo un clima de pseudo fávula; pero que además recuerda al clima del cine que Honor de Cavallería de Albert Serra –recordemos que Alonso realizó el corto Carta para Serra- nos presentó.
Así como soldado o héroe condenado, la búsqueda de Mortensen por su hija será la búsqueda por ese otro universo del saber no sabido, que puede tanto encandilar como un buen sueño o angustiar como pesadilla vívida.
Por Marianela Santillán
http://www.proyectorfantasma.com.ar/29-mdq-fest-critica-de-jauja-2014-dir-lisandro-alonso
The Man I Love – Billie Holiday
Música
«How About You?», de Frank Sinatra (iTunes)
Artista
Frank Sinatra
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JAUJA, de Lisandro Alonso (Trailer)
Publicado el 10 nov. 2014
Licencia de YouTube estándar

Sebastiano Ricci (1659-1734), italiano. Pintor de los finales del barroco, de la escuela veneciana, http://boverijuancarlospintores.blogspot.com.ar/

