MIS TRABAJOS Y DÍAS

Maca en camino. Glitter. Texto e imágenes por AMILCAR MORETTI

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Glitter regado en el piso. Como una huella de paso. Purpurina, diamantina del escenario. Polvo de estrellas. Stardust. Río de Luna. Moonriver. Estrellas que no cayeron en Alabama. Quedaron con su parpadeo en  el suelo tras la sesión de fotos. Al apagar la luz, a la noche, brillaban.

Imagen compuesta por AMILCAR MORETTI el domingo 25 de julio del 2021. Cerca de BUENOS AIRES, al Sur, en la ciudad de La Plata.

Aylén Ramírez, bailarina de tango, teatrista de variedades, modelo

             Aylén Ramírez es una joven bailarina de tango y aprendiz de vedete. Cuando digo “vedete” (del francés) me refiero a las protagonistas del viejo teatro de revistas -suerte de burlesque porteño-, ya muerto en su formato tradicional, el de la estrella y el coro de chicas semidesnudas y el cómico famoso y popular, figuras ambas que dejaron de tener lugar en el escenario teatral entre los años 70 y 80 del siglo pasado. Entre las vedetes hubo figuras míticas que trasuntaban todo un imaginario erótico, como Nélida Roca y Nélida Lobato, entre las últimas más destacadas. Más cerca del presente, pero igual lejanas fueron Moria Casán y Zulma Faiad, ya en la etapa del olvido del género.

          Aylén Ramírez integra como bailarina y vedete una pequeña compañía teatral cómico-musical que se presenta los sábados en un espacio independiente. La revista argentina tuvo raíz en el teatro criollo y su picardía y la construcción nacional del espectáculo francés de varieté  de los años 20 y, tal vez, el mismo Moulin Rouge pintado por los impresionistas a finales del siglo XIX. La idea, en su momento de esplendor, se centraba en el gran cómico popular que era tomado en consideración por la alta clase política conservadora. Había un marco para la crítica política, a veces audaz, entre las diferentes fracciones de la élite de conducción nacional. La estrella mujer, mostrando su cuerpo en mayor o menor medida, estaba rodeada por un coro de muchachas que actuaban una coreografía, a veces fastuosa. También los miembros de la dirigencia social-política se interesaba en ellas.

    Tita Mirello, de origen muy humilde, y más tarde estrella del cine nacional y central cancionista de tango, supo relatar su presencia como “adorno” en grupos de maduros conversadores nocturnos de la burguesía, por caso, Lisandro de la Torre, del interior, mientras debatían temas cruciales para el destino del país de los cuales ella, sin formación escolar, no comprendía nada. También el refinado escritor Adolfo Bioy Casares, miembro del viejo patriciado, ha contado su pasión por algunas estrellas del teatro picaresco que solía visitar en sus camarines durante su juventud.

Imagen compuesta por AMILCAR MORETTI el domingo 25 de julio del 2021. Cerca de BUENOS AIRES, al Sur, en la ciudad de La Plata.

         El yrigoyenismo y el peronismo marcaron otra época del género revisteril. Finalmente, la televisión, los años 60 y su revolución cultural, más la cultura digital y los 90, lograron el entierro ¿definitivo? Cabe preguntarse si en el proyecto de muchachas bonitas como Aylén Ramírez no hay germen para el resurgimiento de esas representaciones, como sucede desde hace dos décadas en Estados Unidos con las parodias del burlesque y el strip-tease a la manera de los años 40 y 50, destinadas a público joven de clase media culta que toma como un guiño el revival de esos tradicionales espectáculos cabareteros. La herencia en Estados Unidos es otra pero no debe descartarse, pos-Covid y conservadurismo neoliberal y la incidencia del movimiento de mujeres, que estas representaciones vintage sigan la tendencia del rescate y la exploración de nuevos sentidos escénicos del entretenimiento, como las “milongas” y el  “swing” en que se citaban jóvenes y adultos en una forma de sociabilidad cuerpo a cuerpo antes de la pandemia.
AMÍLCAR MORETTI

 

 

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