«En lugar de una hermenéutica, necesitamos una erótica del arte.» (Susan Sontag)
ENTRE LA MEMORIA Y LAS HISTORIAS
(las imágenes de Amílcar, Sharon Stone a los 61, VOGUE, Mariano Vivanco, Candice Swanepoel)
Por
AMILCAR MORETTI
La memoria es polisémica. La palabra -polisemia- la leí por primera vez, creo, en Galvano Della Volpe al comenzar los años 70. No recuerdo si de Saussure la trae, supongo que sí, o no. Lo que quiero decir es que la Memoria, que viene solo con el tiempo, es polisemia crucial, multiplicidad de la semántica y de los significados, y porqué no, de los sentidos. Cuando suponemos, creamos, interpretamos, ajudicamos significados y sentidos varios a, por ejemplo, una llamada obra de arte, esa polisemia deriva de la memoria, de la acumulación inconsciente de memoria, o del inconsciente, que -claro- está hecho de memoria, de historia, de novelas personales y familiares, aún prenatales y también transgeneracionales.
No es raro que un fenómeno intenso -trauma- de una persona, olvidado, taponado, silenciado, ocultado, brote como síntoma no en los hijos sino en sus nietos, como si la memoria se saltase una generación descendiente y volviera a refulgir, clara y oscuramente, como síntoma, en los nietos. De forma semejante trabaja una obra de arte, suscitándonos interpretaciones y significados diversos, a veces antagónicos pero no por eso contradictorios. En una llamada obra de arte caben muchas, muchas cosas, no cualquier cosa, sino muchas, muchas cosas. Y pueden venir del pasado, ya no nuestro individual sino también familiar, regional, nacional, que nos permiten ver o conjeturar o sentir ante una obra cosas que vemos en ella y que no sabíamos que podíamos sentir, idear, emocionar.
De modo que uno recuerda las cosas «a mi manera», forma que, si soy sincero, no deja de ser verdadera y a la vez ficción (sin engañar). Una parte de eso que llamamos verdad. Después, quizás haya «más verdad» si se suman otros recuerdos y memorias, la de otros individuos, que memorizan y olvidan y recuerdan a su modo, con sus propias historias, sus singulares identificaciones e irrepetibles estructuraciones de subjetividad. Eso, al menos hasta ahora, cuando aún la neuroquímica, la genética eugenésica y los injertos cerebrales, más otros ocultismos tecnológicos, parecen amenazar la llamada subjetividad, o sea, la memoria, la historia, la condición humana como aún la reconocemos.
Cualquiera sea el caso, mis imágenes de modelos mujeres se rehacen a fuerza de memorizaciones, olvidos, reverberaciones y ocultamientos conscientes e inconscientes. Entonces, una imagen que registré ayer o hace años, ya sin saber porqué ni cómo, se me aparece -literalmente la descubro- como una novedad. En ocasiones son fotografías ha hechas, ya compuestas, editadas y publicadas, que puedo modificar o no al momento en que las reencuentro, pero que (a mí) me han cambiado de significado, sentido. Mejor: de expresividad. Imágenes que me expresan hoy otras cosas y me suscitan otros estímulos, otras ideas, otras emociones y sentires. Más aún cuando -en cualquier presente- tomo un original «crudo», sin procesar, y lo trabajo con un criterio que se define a medida que construyo la imagen, a veces recopilando experiencias humanas y estéticas que he vivido tiempo atrás, o bien solo horas atrás, siempre después de aquel original registrado. Y ese es un misterio de las imágenes. Al menos para mí.
MARIANO VIVANCO
«Las mejores revistas de países tan diversos como Brasil, Reino Unido, Japón o Rusia ya le han confiado sus portadas. Vogue, Vanity Fair, GQ, Elle… Rihanna, Lionel Messi, Emma Watson, Katy Perry… todos tienen algo en común: han pasado por su lente. ¿Qué tiene de especial este fotógrafo nacido en Miraflores (Perú)?» (Mariano Oliveira La Rosa en entrevista en Londres a Mariano Vivanco)
http://triunfo-arciniegas.blogspot.com/2017/07/mariano-vivanco-desde-londres.html
https://marianovivanco.com/book/portrait-nudes-flowers/
http://www.fashiontography.net/2016/08/portraits-nudes-flowers-by-mariano.htm
https://dannyboi2.wordpress.com/2016/08/26/nsfw-portraits-nudes-flowers-by-mariano-vivanco/
CANDICE SWANEPOEL EN VOGUE
SHARON STONE EN VOGUE PORTUGAL, A LOS 61 AÑOS