“La frigidez, la falta de apetito sexual –como les gusta decir a los medios–, no han pasado de moda. (…) casi todo permitido y para todos los gustos: desde clubes swingers hasta la megaindustria del sex-shop. (El sexo) ya no es algo prohibido ni pecaminoso. Pero, por más que las mujeres han conquistado los espacios que eran exclusivos de los hombres, entre otras conquistas, sin embargo el apetito sexual sufre los mismos avatares de los que hablaba Freud. (…) El discurso capitalista y el de la ciencia se combinan para hacer desaparecer la naturaleza, tocan lo real por todos lados sin que pueda recuperarse una idea de armonía. La ciencia ha logrado convertir en cosmético lo quirúrgico. Los cuerpos se intervienen poniendo y sacando partes, abriendo y cerrando como si se tratara de maquillaje. Se ha llegado a la modistería de los cuerpos.” (fragmentos de la nota “CHICAS FRÍAS” de Belén Zubillaga, psicóloga del Movimiento de Orientación Lacaniana de la ciudad de La Plata, a 60 kms. al sur de Buenos Aires)
Frigidez, falta de ganas…
CHICAS FRÍAS
Por Belén Zubillaga *
En los análisis de algunas pacientes mujeres, en su mayoría jóvenes, he podido situar lo que ellas llaman “enfriamiento” de la sexualidad. La falta de ganas, y hasta el rechazo del encuentro sexual con su partenaire, me hicieron pensar que las cosas no han cambiado tanto de lo que nos contó Freud. ¿Cómo puede ser que en plena era de la liberación, y de la educación sexual, los cuerpos de las mujeres actuales sigan dando que hablar como aquellas mujeres freudianas? Se trata entonces de ubicar la sexualidad femenina bajo la lupa de los tiempos modernos. La frigidez, la falta de apetito sexual –como les gusta decir a los medios–, no han pasado de moda. Veamos los detalles. Analicemos qué dice hoy, el Otro de la sexualidad: casi todo permitido y para todos los gustos: desde clubes swingers hasta la megaindustria del sex-shop. No sólo la educación hoy no deniega ocuparse de los temas sexuales, sino que existe la educación sexual más todas las ofertas de instrucción en el tema, desde Google hasta la televisión. Ya no es algo prohibido ni pecaminoso. Pero, por más que las mujeres han conquistado los espacios que eran exclusivos de los hombres, entre otras conquistas, sin embargo el apetito sexual sufre los mismos avatares de los que hablaba Freud.
Una mujer renuncia a mantener relaciones sexuales con su marido por la vergüenza que su cuerpo obeso le provoca. No se siente mujer. Otra mantiene su sexualidad en suspenso por lo insoportable que le resulta el cuerpo del otro cerca del suyo. En algunos casos se puede situar el asco histérico, o el rechazo del cuerpo neurótico, más allá por supuesto de lo singular en cada una. Pero en muchos otros casos debemos ubicar la supuesta “frigidez” en relación con las experiencias extrañas de la vida sexual, a las que se refiere Jacques-Alain Miller, ese desorden en la juntura más íntima del acto sexual. Una paciente ha encontrado en su inexperiencia en el tema (perdió su virginidad ya madura) la excusa perfecta para sostener un matrimonio “como amigos”. Así, lo que se desataría permanece anudado. En otras, la maternidad funciona como refugio.
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En los análisis de algunas pacientes mujeres, en su mayoría jóvenes, he podido situar lo que ellas llaman “enfriamiento” de la sexualidad. La falta de ganas, y hasta el rechazo del encuentro sexual con su partenaire, me hicieron pensar que las cosas no han cambiado tanto de lo que nos contó Freud. (…) por más que las mujeres han conquistado los espacios que eran exclusivos de los hombres, entre otras conquistas, sin embargo el apetito sexual sufre los mismos avatares de los que hablaba Freud.
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¿Qué pasa entonces en los cuerpos de las mujeres de hoy? El discurso capitalista y el de la ciencia se combinan para hacer desaparecer la naturaleza, tocan lo real por todos lados sin que pueda recuperarse una idea de armonía. La ciencia ha logrado convertir en cosmético lo quirúrgico. Los cuerpos se intervienen poniendo y sacando partes, abriendo y cerrando como si se tratara de maquillaje. Se ha llegado a la modistería de los cuerpos.
¿Qué no ha cambiado de la época victoriana a la de Victoria’s Secret? Los síntomas y las respuestas del cuerpo frente a lo real. En los tiempos de Freud, las mujeres, por la prohibición, los tabúes y la educación, no podían gozar lo suficiente. Hoy tampoco pero por otros motivos: ni el padre, ni la educación, ni el discurso del amo son lo que eran, ni prohíben el goce sexual, al contrario, hay un empuje hacia él, a lo más descarnado del goce sexual. La “falta de ganas”, la frigidez o las inapetencias femeninas actuales son a mi modo de ver una respuesta de los cuerpos al discurso contemporáneo. De cuerpos que no hablan, pero que sirven para hablar como medios de la palabra. En estos tiempos del culto de lo hot (hot lines, comida hot, sitios hot), las chicas –ni tan mujeres ni tan niñas– aún se enfrían.
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Psicoanalista. Participante del Movimiento de la Orientación Lacaniana en La Plata. Docente de la Cátedra Libre Jacques Lacan, UNLP. Texto extractado de un artículo publicado en la revista Enlaces. Psicoanálisis y cultura, Nº 19.
http://www.pagina12.com.ar/diario/psicologia/9-245266-2014-05-02.html
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“… en muchos otros casos debemos ubicar la supuesta “frigidez” en relación con las experiencias extrañas de la vida sexual, (…) ese desorden en la juntura más íntima del acto sexual. (…) ni el padre, ni la educación, ni el discurso del amo son lo que eran, ni prohíben el goce sexual, al contrario, hay un empuje hacia él, a lo más descarnado del goce sexual. La “falta de ganas”, la frigidez o las inapetencias femeninas actuales son a mi modo de ver una respuesta de los cuerpos al discurso contemporáneo. De cuerpos que no hablan, pero que sirven para hablar como medios de la palabra.”
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DESLINDO RESPONSABILIDADES Y ASUMO EL RIESGO
DE INTERPRETAR, CONJETURAR, PROPONER
Escribe
AMILCAR MORETTI
La Plata, domingo 4 de mayo 2014.
No puedo dejar de reconocer la posibilidad de que mi interpretación signifique “traducción” de lo escrito con claridad, creo, por Belén Zubillaga, y que, por tanto, lo escrito por mí implica riesgo de hacer suponer bajo su responsabilidad lo que ella no ha dicho y quizás no piense. Me refiero a la “cuestión” lesbiana y la “cuestión” gay, que cada vez más me parece no tanto un ejercicio de libertad o expansión de la subjetividad y sexualidad como un síntoma del gran temor operante desde hace tiempo: el temor, el miedo, el pánico a lo fálico. Más concretamente, el miedo a la Pija, dicho en términos simbólicos. Miedo a la pija en relación con la vagina (la vagina teme a la pija como ésta rehuye la cavidad mujeril). Miedo a la pija. Miedo de la vagina en relación con la pija. Miedo de la pija a sí misma. Creo que esa libertad lograda no sin luchas y acciones esforzadas, muchas veces con sacrificios y martirio, también se ha convertido en una concesión del Capitalismo y del Poder para suavizar y disolver molestias y malestares que puedan convertirse en peligrosas o fatales para el sistema. ¿Ustedes quieren quebrar el mandato monolítico, rígido y autoritario de la heterosexualidad? Bueno, está bien. Lo harán a nuestra manera, dicen capital y poder. La libertad será ser puto o torta, en principio. Nos interesa únicamente la acumulación financiera de capital así como el poder para el mantenimiento de este circuito acumulativo que no puede detenerse. Todo lo otro es, para nosotros, accesorio: el sexo, la expansión sexual hacia otras opciones son accesorios en este momento para nosotros. Ustedes han conseguido esa expansión, pero resulta que nosotros se la hemos concedido. No nos importa que sean hétero u homo o de un género u otro o de ninguno conocido. Podemos fabricar con la ciencia géneros sexuales a pedido. Disfrutes y variaciones. Lo único que nos interesa es que el malestar permanezca sin que signifique peligro; es nuestra forma de tenerlos controlados y seguir acumulando. No habrá liberación sexual; nosotros les daremos “liberación” sexual. Hay patriarcalismo rígido, hay machismo brutal, hay masculinidad hétero o seudo hétero autoritarias. Bien, está bien. Los quitaremos, si es necesario con leyes y hasta tormentos y prisiones. No habrá Pija en el sujeto, no habrá pijacidad, no existirá lo fálico, salvo lo fálico del capital. Habrá miedo a lo fálico. Se diluirá. Quedará la vagina, la vagina frente, o contra, la vagina. La mujer será nuestra representante “liberada” del capitalismo financiero en acumulación permanente. Y todos contentos e inconformes, hasta la próxima toma de conciencia. En tanto, ya hemos iniciado la desaparición de la conciencia, de la subjetividad, del sujeto. No habrá disfrute ni naturaleza ni cultura. Habrá fábricas de, digamos, “humanos” que crean que son libres en el mercado que ordenamos nosotros, esto es, el poder y la acumulación financiera. La ciencia nos justificará, técnicamente es absolutamente posible, y la religión nos proveerá de la “trascendencia”, hasta quizás, por qué no, de nuevas religiones, nuevas religiones científicas y nuevas ciencias religiosas. Y no habrá ausencia de malestar entre varón y mujer, mujer y hombre. Serán discordantes por la eternidad, en la ilusión de estar, para usar una palabra de ustedes, “liberados”. Nos gusta esa palabra: les concederemos liberación, nuestra liberación.
(A su derecha, en segundo lugar, después de una especie de relojito, hay un rectángulo blanco: son los subtítulos. Cliquee y busque español. Primero saldrá el subtitulado en portugués, pero busque la opción “otros” y aparecerá una lista de lenguas: haga clic en “español”)
EROTICA DE LA CULTURA como siempre agradece a YOUTUBE, a Vice y sus colaboradores por su inmenso aporte a la cultura.
The Japanese Love Industry
https://www.youtube.com/watch?v=qpZbu7J7UL4
VICE VICE ·
Publicado el 22/10/2013
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Japan is a country that is dying—literally. Japan has more people over the age of 65 and the smallest number of people under the age of 15 in the world. It has the fastest negative population growth in the world, and that’s because hardly anyone is having babies. In these difficult times, the Japanese are putting marriage and families on the back burner and seeking recreational love and affection as a form of cheap escape with no strings attached. We sent Ryan Duffy to investigate this phenomenon, which led him to Tokyo’s cuddle cafes and Yakuza-sponsored prostitution rings.
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