Parece que la fotografía digital instantánea, sobre todo la registrada por
las camaritas de los teléfonos celulares y su correspondiente difusión mundial e inmediata, ha puesto en crisis no solo a la fotografía tradicional, digital o no, sino a las mismas escuelas e institutos superiores dedicados a la enseñanza del arte fotográfico. Cualquier persona, sin experiencia en la fotografía, puede hoy tomar una imagen, retocarla con un sencillo programa de computadora y presentarla en público, apareciendo (o pareciendo) en muchos casos con aparentes valores no quizás estéticos pero sí “cool”, de buen gusto. Se habla de una sana “democratización” de la fotografía, al alcance de todos, que convertiría de inmediato en artista y creador aún a la persona más alejada de cualquier práctica artística. Pero también ha comenzado a notarse una desjerarquización de las cualidades fotográficas y visuales, que tienen leyes, códigos y principios a respetar y, si cabe, a cuestionar y reemplazar por otros, pero siempre como resultado de un sistemático estudio especializado que no ofrece ningún programa de edición en computadora. Las academias y universidades perderían así su sentido básico, más allá del talento o “genio” innato y natural que posean personas excepcionales. Dicho de otra forma, las nuevas tecnologías no pueden sustituir a la formación pedagógica en el arte, en este caso la fotografía. O bien, al contrario: algunos lo creen así, la tecnología sí puede reemplazar a la enseñanza académica y de hecho ya lo hace en un mundo en el cual, según ya se ha instalado, cualquier objeto puede ser una obra de arte, si es que el concepto de “arte” aún tiene alguna vigencia o valor. (AMILCAR MORETTI)
Para demostrar que las academia y la enseñanza específica son necesarias aún en la era de las tecnologías digitales que “hacen todo solas”, hubo un Milán, Italia, una exposición de 58 estudiantes de fotografía de la Escuela de Arte del Cantón de Lausanne, en Suiza (ECAL), que concluyó hace poco, en la prestigiosa galería Carla Sozzani. Fue acompañada por un libro de 300 páginas, “Fotografía ECAL”. Las imágenes que exhibe EROTICA DE LA CULTURA aquí son reproducciones de esas fotos exhibidas.
Según informa WALLPAPER, Magazine londinense de diseño, interiores, arquitectura, moda, arte y otras disciplinas (1), “la fotografía está en una especie de crisis. Se ha convertido en un día a día, durante todo el tiempo. Todos hacen fotografía. Incluso cualquiera ajeno a las instantáneas fotográficas, puede recortar, añadir un borde y un lavado vintage y de repente esas instantáneas parecen bastante cool. O bien puede dejar que Hipstamatic (2) haga todo eso por usted.”
Agrega WALLPAPER (de IPC | MEDIA – A Time Warner Company, Londres) que el director de la Escuela de Arte del Cantón de Lausanne, Alexis Georgacopoulos, reconoce en su introducción al libro también presentado que “esta democratización y la descualificación así como el crecimiento de las galerías en las redes sociales, plantea preguntas sobre el lugar de la fotografía en la academia”. “Si alguien puede producir imágenes, a menudo manipuladas y embellecidas por la magia del software de retoque automático, debemos todavía estar enseñando este arte a nivel universitario? Y pregunta: ” ¿No deberíamos dejar que todo el mundo cree su propia cultura iconográfica, tomar una aproximación empírica a las técnicas de (auto)aprendizaje de ellos, compartir sus propias imágenes en la web … medir la calidad de las imágenes por la cantidad de “Me gusta” que reciben?”
“El libro y la exposición son el argumento contrario”, se dice en WALLPAPER: “Una nueva declaración en momentos en que las apuestas han subido”. No te conviertes en eso de que es bueno e interesante el posteo Instagram. Los estudiantes de fotografía, argumenta, “tienen derecho a cometer errores, pero también el derecho a ser corregidos”. La exposición es una “defensa del rigor académico en la cara del amateurismo rampante”, dice el Magazine londinense que puede recibir por mail cualquier interesado en las novedades mundiales del arte y la cultura visual.
Informa además que el libro de 300 páginas, “Fotografía ECAL”, fue editado por el artista suizo y director de la escuela de diseño del instituto Alexis Georgacopoulos, la curadora Nathalie Herschdorfer, y Milo Séller, a cargo de la maestría de fotografía. Incluye entrevistas con artistas y fotógrafos visitantes, entre ellos Paolo Roversi, Maurice Scheltens, Adam Broomberg y Jason Evans. “Parece, se ha dicho, un típico caso de defensa de la fotografía y su enseñanza”.
El catálogo que acompaña fue publicado por Hatje Cantz y cuesta 50 euros, unos 500 pesos en Argentina. Pero Internet ofrece buenos reemplazos totalmente gratis.
(2) “Muchos años después, Hipstamatic otra vez está con nosotros, en la forma de una aplicación para el iPhone.
“La Hipstamatic es una cámara que pocas, poquísimas personas conocen. No sólo existen tan solo 157 de estas Hipstamatic, sino que jamás se producieron más. Sin embargo, todos los que pudieron jugar con una de éstas, siempre llega a la misma conclusión: estas cámaras fueron mágicas.
“La cámara fue creada por Bruce y Winston Dorbowski, estudiantes de arte que, tras romper la preciada cámara –regalo de su padre – que tenían, decidieron, por qué no, crear una ellos mismos.
“En el invierno del ‘82 tenían la tenían ya en sus manos, hecha en plástico, y con lente incluído. ¿La idea? Poner una de estas cámaras, fáciles y económicas de fabricar, en la mano de todos. El nombre, por supuesto, hace referencia a la Kodak Instamatic, una cámara que definió sus vidas. Según Bruce “No importa que las fotos no sean perfectas – mientras las personas capturen momentos, estaré feliz”.
“La idea detrás de la cámara era buenísima. No sólo se trataba de una cámara económica (que, en ocasiones, costaba menos que el film), sino que nos daba la posibilidad de cambiar lentes, el rollo y el flash. Para ser una cámara bastante económica, era muy completa y nos daba bastantes opciones para personalizar las fotos.
“Bruce y Winston fallecieron en 1984, al ser atropellados por un conductor ebrio, y la producción de la cámara, murió con ellos.
“De todas las aplicaciones fotográficas disponibles para el teléfono (si, están en las miles), Hipstamatic está entre mis favoritas. No se trata de una aplicación de post-procesamiento; toda la magia ocurre en el pre: la elección del rollo, la elección del flash, el cambio de lente. Hipstamatic consigue no sólo originales fotos, sino que todo el proceso de tomarla, es también un placer.”
