LOS ESPEJOS, LA MUJER DESNUDA, EL LECHO
Los espejos intervienen en la fotografía y la pintura, también en la arquitectura y el cine porque contienen la pretensión o el deseo de mantener un último registro de lo que puede no ser, mañana, o ahora mismo. Muchas veces se ha señalado que en las películas del alemán Fassbinder los espejos eran esenciales. Lo observé, claramente, en sus últimas producciones, cuando tuve a cargo la organización del ciclo de cine de AMIA, un acontecimiento en su tiempo, un intermedio transicional entre la última parte de la dictadura militar (1976-1983) y el comienzo de la democracia alfonsinista, en una de las ciudades más golpeadas, La Plata.
En las películas de la Asociación Mutual Israelita (AMIA La Plata) ví los espejos de Fassbinder. Es probable, se me ocurre, que también en Fassbinder interviniese la idea no solo del registro (doble, a veces, o de modo vicario en otras) de sus personajes sino de la duda de cuál es el verdadero, el verosímil, ¿el del espejo o el que re-creaba el actor? Suele decirse que los espejos no engañan. No es cierto. Los espejos engañan, nos engañan. Nos muestran tal como nosotros queremos ser, o suponemos ser, en el día e instante en que nos miramos. (…)
(CONTINÚA)
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