OTROS Y OTRAS

MUERTE, DEGRADACIÓN Y CRIMEN: UNA SOCIEDAD MACBETH. Pompeyo Audivert. (Imágenes por amilcar moretti)

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       “HABITACIÓN MACBETH”, relata su autor y el gran actor argentino Pompeyo Audivert, toma asuntos del frente histórico como un lugar convulso dominado por fuerzas oscuras que lo vuelven criminal y descerebrado, impelido al crimen para sostenerse en esa dinámica epiléptica. Habla de esa degradación y de esas condiciones monstruosas en las que el poder anida sus larvas letales. La obra de Shakespeare establece la sospecha  constante de que la realidad es un campo teatral donde juegan su partida estas fuerzas dorsales y misteriosas sobre las que los (antiguos) griegos ya tenían una sospecha, y que nos detentan como piezas predeterminadas para un circuito irrevocable de muerte, resurrección y crimen. En Argentina nosotros somos una sociedad Macbeth operada por fuerzas que no son humanas.

 

                      “…un fenómeno sobrenatural en la actuación -cuenta Pompeyo Audivert-. (…) al actuar podía percibir una identidad mía de estructura, una identidad que no era el yo, pero que tampoco era el campo ficcional del personaje con el que suplantaba a mi yo. Había una zona más amplia, una zona donde existía la posibilidad de hacer arder múltiples identidades. Yo quería hacer una obra en la que el actor hiciera todos esos personajes para poner de manifiesto esa zona identitaria poética que percibía en la actuación. Con el tiempo me fui dando cuenta de que esa zona es aquella a la que el teatro dirige su operación”.

                          “El teatro es una máquina (de) sondear identidad y pertenencia a una escala extra cotidiana y a poner de manifiesto que la identidad es un campo ficcional, alienado. Que la identidad histórica, el yo, es una zona a la que el frente histórico, el poder, ha conquistado, colonizado y formateado de una manera muy precisa estableciendo en ella sus propios límites históricos, sus propias condiciones. Y  el arte en general, pero sobre todo el teatro, es una operación sagrada destinada a violentar ese espejismo y a revelar nuestra identidad metafísica, nuestra zona de otredad”.

Imagen compuesta por AMILCAR MORETTI en enero del 2024. Sobre un original inédito de su archivo privado del 2012. Buenos Aires.

                      “Yo quería hacer Macbeth como una forma de referirme a esa zona (…) la zona a la que el teatro dirige su acción. (…) El teatro, más allá de las obras con las que reviste su estructura, tiene sus propias temáticas de base antes de cargar (…) algún campo ficcional. Esa temática de base es nuestra identidad poética y metafísica y a ella se debe la operación teatral. El tema es que el teatro ha sido también capturado por fuerzas históricas y puesto a su servicio. (…). Esto es el teatro espejo que se dedica simplemente a sostener campos ficcionales históricos y no a revelar ese trasfondo identitario más misterioso, más profundo y más trascendente”.

Macbeth es una obra cercana a “los propósitos de la máquina teatral, (…) trama circunstancias con fuerzas venidas de una sobre-naturaleza con fuerzas misteriosas que anidan en los pliegues de la sombra y que asedian la identidad del protagonista, lo tuercen y lo dan vuelta como un guante. Aparecen las brujas que le profetizan un porvenir de gloria, aparece ese cuchillo que flota en el aire y que lo impele al crimen, aparecen fuerzas de otra naturaleza”.

Macbeth contiene “una interpelación al frente histórico. El más importante y trascendente es la forma de producción, la idea de un cuerpo habitado, un cuerpo–habitáculo de encarnaciones. (…) erige la sospecha existencial al respecto de la identidad desparasitada y puesta a vibrar, poéticamente a un nivel de otredad (…). En esa forma de producción del cuerpo-habitáculo, del cuerpo-habitación, hay una apuesta político poética que interpela al frente histórico, que lo denuncia como campo ficcional alienado (…)

Imagen compuesta por AMILCAR MORETTI en enero del 2024. Sobre un original inédito de su archivo privado del 2012. Buenos Aires.

 

                “Por otro lado, “además de tener una naturaleza poética de por sí y de erigir esa sospecha existencial de la que hablaba, también toma asuntos del frente histórico (…) como lo que es: un lugar convulso dominado por fuerzas oscuras que lo vuelven criminal y descerebrado, impelido al crimen para sostenerse en esa dinámica epiléptica. La obra de Shakespeare tiene un esqueleto metasignificativo donde se cruzan los niveles poéticos, metafísicos e históricos de una manera magistral”.

“La obra habla también de esa degradación y de esas condiciones monstruosas en las que el poder anida sus larvas letales. La obra de Shakespeare (…) establece la sospecha  constante de que la realidad es un campo teatral donde juegan su partida estas fuerzas dorsales y misteriosas sobre las que los (antiguos) griegos ya tenían una sospecha, y que nos detentan como piezas predeterminadas para un circuito irrevocable de muerte, resurrección y crimen. Nosotros somos una sociedad Macbeth operada por fuerzas que no son humanas”.

Mónica López Ocon. Entrevista a Pompeyo Audivert.
Pompeyo Audivert: “Nosotros somos una sociedad Macbeth”
13 de enero del 2024.
Diario Tiempo Argentino. Buenos Aires.
https://www.tiempoar.com.ar/ta_article/712413-sociedad-macbeth/

 

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