NO TUYA (DE ÉL), DE ELLA
«Le puso el piso en que posa
y ya sin comer se pasa
hondo hastío; no es la casa
lo que quiso…es otra cosa.
Le puso el piso en que pasa
hondo hastío; donde posa
sin coser; es otra cosa;
no le quiso; no casa.
Presa del piso sin prisa,
pasa una vida de prosa».
(MIGUEL DE UNAMUNO) (1)

Escribe
AMILCAR MORETTI
«NI TUYA, NI YUTA». Ni tuya, no tuya, no del varón masculino, en especial heterosexual. De la mujer. No tuya, no del varón; sí tuya (ella), sí de otra mujer. No la diferencia. Sí la uniformidad. Soy igual a vos. Somos iguales. Mujer y mujer. Mujer con mujer. No con varón, no con diferencia. No con complementariedad. No mujer con hombre. No sé qué hacer con un varón. Cómo hacer. Parece que tienen lo que busco (lo que busca ella), lo que «me falta». Y tengo miedo de si lo tiene. Si lo tiene y lo encuentro en él, entonces corro peligro de quedarme sin este desear que nunca puede satisfacer y que me mantiene en búsqueda, incompleta, disconforme pero en movimiento. Busco. Si el varón llega a tener lo que busco, lo «me falta», se acabó todo, conjeturo, se acabó la búsqueda, este (ese) salir a buscar o esperar que llegue. Entonces, es como ilusión de comodidad, es cómodo estar con ella. Somos uniformes (tampoco iguales), pero ella no tiene lo que busco. No busco. Estoy allí, con ella, tranquila. Ella tiene lo mismo que yo, lo mismo que ella, le falta lo mismo que a mí (que a yo). Soy yo con yo. Ella con ella. Y eso me hace sentir, a veces, menos inquieta, ilusionada porque creo que ya no busco. No busco -y me inquieta- porque ella es uniforme conmigo y, como no tiene lo que busco, entonces no busco (en ella). Además, ella o yo, cuando nos damos cuenta que somos uniforme-uniformes pero no iguales, entonces ella se apodera de mí o yo de ella. Soy tuya (de ella) o (y) es mía (ella). Y ella piensa que soy de ella. ¿Y la Yuta? Y bueno, la cana también es torta, puede. La cana (la Yuta) mujer también. Y usa los métodos del hombre varón, el tono, el garrote, la actitud. Del macho, pero es ella. Ella es de ella (con uniforme) y yo paso a ser de ella. Me (se) copia, se copia y es igual al hombre, allí, al ataque, en el momento del ataque o la detención y apaleo. Porque viste que el hombre ataca, está «al ataque». Usa el Poder. Y la Yuta, Ella, también. Si ella es yuta, allí yo soy de ella, sometida a su poder. Igual entre los presos y las presas en prisiones y cárceles. En los campos. Las capas, las Kapo, alemana Kameradschafts-Polizei y no de la italiana «capo (de caporal). Soy de la capo, de la Capa, la jefa, o yo soy jefa y ella es mía. Yo soy tuya, de la Yuta. A veces no pero muchas veces sí. De un lado y otro de la reja, de los barrotes. El tema es si me gusta. Me gusta y me resisto. Soy de ella o ella es mía. Poder entre las uniformes. Uniforme. Alguien ejerce el poder. Por ahora, además del género (sexual) está el Capital, sin sexo, capital flamante, renovado, irreconocible, por sobre todas (ellas) y todos (ellos). Nos inventó esto. Yo soy de ella, ella puede ser mía. Soy de Christine Lagarde, soy del Fondo Monetario, soy del FMI. Ni siquiera del Patrón, mejor ahora, La Patronal (¿Quién es? ¿Quiénes? No sabemos). Somos de la burócrata, la funcionaria, la jerárquica. De ella. La Yuta del Dinero. Capital, que le dicen. El viejo Capital, sin sexo, sin género. Es mi (tu) trampa. Es mi trampa. Si no soy mía soy (sos) de ella. No más si no sos mía no sos de nadie (varón). Ahora no soy tuya, soy de Ella, a veces yuta, cana. policía. Uniforme. Uniformidad. No somos iguales, somos uniformes. Verdes. A veces, hace poco, amarillas. Antes, cristeros de cristinistas. Antes menemistas. Antes procesistas. Antes montoneras y erpianas (¿te acordás?). Es la Revolución, que es femenina, es La. No soy tuya, soy de ella. Y si él no me sigue, no me entiende, lo mismo. O al carajo. Lo largo y soy mía, o sea, de ella, o ella es mía. O él espera y vuelvo. Juntos. Dos. Y después igual. O del Capital. El Poder. No hagamos la boluda. La Capital, la Poder. Y te jodés, me jodo, yo, ella, porque no tienen género ni sexo, género sexual.

LORENA C., la modelo de la foto, es una activa militante del movimiento de mujeres pos-porno.
(1) https://www.retoricas.com/2010/06/figuras-retoricas-en-unamuno.html