MIS TRABAJOS Y DÍAS

La Mano como confirmación en cuerpo de mujer, desnudo. Imagen como Tacto. Fotos por AMILCAR MORETTI

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La Mano en el arte. Mi mano en mis imágenes. Hace unos días leí sobre la trascendencia de la mano en la constitución de lo humano. O mejor, el Tacto. La mano elige entre  la caricia y el golpe, la ternura y la aspereza, el amor y el trabajo. Siempre, desde Platón, el sentido más «puro», más eidético, intelectual digamos, ha sido el de la vista. La vista se hace Mirada y la mirada juzga, tiene criterio, común o extraordinario, aprecia, valoriza, adivina, ignora. También están el sabor y el olfato, el paladear como arte y la fragancia como sublimidad, carnales no obstante. El tacto, la Mano. Mi mano. Mi mano sobre la modelo, en su cuerpo desnudo. Es como una prueba. Siempre hay un obligado y consentido acuerdo previo, pero la mano -mi mano- cuando surge la necesidad de incluirla en mis imágenes (y no vaya a creerse que siempre sucede),  es como una firma, una comprobación, una confirmación del juego deleite-contemplación (de uno y otro lado, si no, no funciona) en la práctica de componer una imagen en la tradicional y permanente idea del hombre sobre la Mujer, su Cuerpo de Mujer desnuda. O una mujer sobre una Mujer (las hay, claro, que eligen la mano de mujer). Una Mano sobre un cuerpo lo Humaniza, esto es, la Mujer deja de ser solo cuerpo y se convierte en sensación, alma, pulsación, afecto, sentimiento, sentir. Siente. Se siente. El manoseo no vale, tampoco el manoseo femenino. Es el Tacto, estúpido. Tal vez el Tacto en comunicación sea tan importante como el Fuego para constituirse como Humanidad. El humano es tal -se sabe- por estar atravesado por la sexualidad, la finitud y el lenguaje. O sea, la Cultura. El hombre-mujer es humano por obra de su construcción, la Cultura, sobre la (su) original Naturaleza. Hoy, cuando todo se confunde y desconcierta y parece no haber nada seguro, ni futuro imaginable siquiera, el Tacto, la sensibilidad del Tacto, el instrumento sensible de la Mano es como ese dedo de dios que pintó Michelangelo. Es ahí cuando al Humano se le reconoce el lenguaje (reflexionar, palabra), el dolor, el goce, la duda, la certeza, la sensibilidad, lo tortuoso, la maldad, lo ominoso, el miedo y, a veces, la ternura, la piedad, la compasión. La Con-Pasión. Identificarse Con-Pasión, Con la Pasión del otro, la otra. El placer del deleite compasivo encierra al dolor, y en ocasiones lo abate.

                                                                  AMILCAR MORETTI

 

Imagen compuesta por AMILCAR MORETTI. Mayo del 2020,ed. BUENOS AIRES.

Modelo: Aurélie.

Imagen compuesta por AMILCAR MORETTI. Mayo del 2020,ed. BUENOS AIRES.

 

Imagen compuesta por AMILCAR MORETTI. Mayo del 2020,ed. BUENOS AIRES.

 

Imagen compuesta por AMILCAR MORETTI. Mayo del 2020,ed. BUENOS AIRES.

 

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