Ya lo dije. Lo repito, para que se recuerde, si vale. Ella no existe, es una invención mía. Tengo proclividad a inventarme personajes. No, es más completo, más complejo: personas. Invento personas. Ellos (los personajes, las personas), a veces ni se enteran, o peor aún, con frecuencia hacen como que no se dieron cuenta, pero sí, se dan cuenta. Les suele -nos suele- pasar a los que escribimos (yo escribo periodismo, sobre todo, y otras ficciones), y lo confiesan a menudo los escritores de cuentos y novelas: en un momento, los personajes creados en la escritura se van solos, toman su propio camino, comienzan a hacer y decir cosas que uno no tenía previstas. ¿Eh? ¿Se entiende? El que lee sabe de eso. El que no lee por lo general no lo sabe. Bueno: ella no existe. Claro que, también, lo que digo es una forma de aproximar. Existe porque la inventé yo: cuando quiero la veo y la personalizo, la corporizo, le pongo carnalidad afectiva. No es que sea solo como el juego ese de Borges y yo. El espejo, los dobles, el otro y yo, soy dos, soy tres, etc. No, no. María y Yo soy yo. Yo es yo. Uno y dos. Uno y Dos. María aparece cuando yo quiero. María y mi María no existen; mejor, nunca terminaron de existir, porque se diluyen en sí mismas. Se disuelve en sí misma, pierde el tiempo y no alcanza, no acierta. Trabaja y se esfuerza pero no acierta. Quiere pero no puede porque no da con el camino, no encuentra el cruce, la intersección de dos que hacen cuatro (como Tom Hanks al final de “Náufrago”. Chuck -Tom Hanks, autor de la historia- en la isla sólo habla con Wilson, una pelota de vóleibol. En el plano final llega a un cruce de caminos y debe decidir cuál toma, para dónde, para qué). María, en cambio, Es. María, también, “es” en cuanto yo quiero que sea en densidad. Es como la Densidad-País de la que habla Aldo Ferrer (todos mis lectores son cultos e informados y saben a qué me refiero). Bueno, María tiene densidad-mina cuando yo quiero, en la medida en que yo pongo en ella. Es como la ficción. Como la realidad. Porque ¿quién sabe quién es María? ¿Quién sabe si existe en verdad o no? ¿O si la inventé a partir de algo-alguien que existe? Además, la mujer es Espejo. Espejo del hombre. La mujer existe en la medida en que la inventa el hombre como incógnita a desentrañar, o desarmar y volver a armar, “decodificar” (1). Ella ni sabe que es una incógnita, no se ve así. Puede especular y aún manipular con la presunción de esa incógnita masculina pero no se ve de esa forma a sí misma. Aunque ahora ya se ha decidido que vengan las mujeres de laboratorio. Autónomas de laboratorio. María no. No, María no. María no es de laboratorio. María soy yo. La que corta el teléfono cuando la llamo. (2)
AMILCAR MORETTI
Domingo 9 de febrero 2014.
Argentina.
Modelo: MARIA. En las fotos de ESTA MARIA, que pronto incluiré en una reedición de poemas de Luis Franco, el gran poeta catamarqueño muerto en 1988, utilicé película color 200 ISO-ASA. Luego se escaneó y se digitalizó para su publicación aquí. No suelo hacer mucho uso de los editores de fotografía digital. Trabajo un poco las sombras y luces, nada más, por lo general. El libro que ilustrará Maria es “La hembra humana”, de Luis Franco. Pronto hablaré de ello. Es para mí un honor inesperado que me hayan elegido a mí -no a María, que soy yo, nada más que yo- para estar junto a esas palabras.
(1) Leer “Introducción al análisis estructural de los relatos” de Roland Barthes. Hay versión accesible: http://doctoradoensemiotica.groupsite.com/uploads/files/x/000/026/a78/BARTHES_ROLAND_-_Introduccion_Al_Analisis_Estructural_De_Los_Relatos.pdf
(2) Este texto fue modificado ayer domingo 9 pasada la medianoche, apenas iniciado el día 10. Había dejado de llover y volví a escuchar a los grillos. Desde las noches de verano en el pueblo de infancia que no oía cantar al grillerío en las noches de verano.
EROTICA DE LA CULTURA agradece a YOUTUBE su inmenso aporte a la cultura.
Luis Franco – El Zapateo del Diablo (en su propia voz)
Nan Velvac
Publicado el 6/10/2012
Gran poeta catamarqueño (1898, Belén, provincia de Catamarca – 1988, Ciudadela)
