“(…) recordemos que existe sí una colonialidad al interior de los movimientos sociales (de mujeres). Esa colonialidad suele traicionarnos y desorientarnos. El Me Too, con su raíz en el feminismo pilgrim norteamericano, se dirige y le hace señas a la paternidad del Estado, a un tercero como árbitro indispensable de las relaciones, a un abogado en la almohada, posiblemente como única herramienta en un mundo de individualismo a ultranza. Mientras el Me Too le habla al Estado…”
Rita Segato. Inaguración Feria del Libro.
https://www.pagina12.com.ar/190007-feria-del-libro-el-discurso-completo-de-rita-segato
Escribe
AMILCAR MORETTI
“SWEET CHARITY”, el musical de Bob Fosse en el cine, de 1969. Es la versión de la fenomenal “LAS NOCHES DE CABIRIA” (1957) del enorme Federico Fellini. Cuando su estreno en Argentina el musical no tuvo éxito. Creo que en la sala de estreno estuve casi solo, en 1970. Posteriormente, con “Cabaret” y “All that jazz”, Bob Fosse fue descubierno por el gran público y reconocido por la crítica. La consagración fue el Oscar. Películas posteriores más intimistas y dramáticas, superiores en lo expresivo, no fueron valoradas.
Aún hoy hay quien intenta reproducir en los escenarios las coreografías de Fosse, sin tener en cuenta que se vacían si no tienen un nítico contenido crítico cultural de base político-ideológica. Y ese sentido debe reconstruirse para cada situación histórica, geográfica, social, política, cronológica. Ese vacío redobla la pérdida de vigencia de los movimientos clásicos “fooseanos” al convertirse en estereotipos, y se hacen anacrónicos, se vuelven anacrónicos, sin “subversión”, sin movilizar al espectador. Hay que tener en cuenta que tanto la Cabiria de Fellini como las chicas del coro de Fosse son prostitutas, muchachas de cabaret, que entretienen y se venden por dinero. Eso, para que resulte verosímil, hay que adecuardo al momento, país y cultura. Deben ser putas “reales”, nuestras, típicas de nuestro entorno. No es fácil.
Fosse en el musical es la expresión más alta de la “revolución sexual” de los años 60, combinada con el pop-art, Andy Warhol, las chicas a go-go, los desfiles circo de fellini, psicodelia, cultura hippie y uso de drogas (“the trip”) con propuestas sensoriales expansivas (utopía esta último que hoy ya no existe, aniquilada por la mercantilización de las drogas no autorizadas por sanidad).
Tengo la convicción, además, que el cine de Bob Fosse hoy sería imposible tras METOO, y el puritanismo evangélico anti-goce heterosexual que trae la llamada “diversidad” en mutiplicación. Fosse ahora sería paternalista, machista, “patriarcal”. En cambio, sí debe reconocerse la apertura en la danza, que, en su momento, ha registrado el baile y canto espectáculo artístico-comercial tipo Broadway. El de Fosse significó intelectualmente un paso adelante irreversible, avanzando sobre lo inimitable de Gene Kelly-Stanley Donen-Vincent Minelli. O Fred Astaire y su coreógrafo Hermes Pam. Ambos últimos, Astaire o O Kelly, a mi entender, son integralmente superiores a Bob Fosse, pero el aporte de éste no puede ocultarse, no solo por su articulación corporal creativa (de algún modo ligada a las nuevas agencias de publidad) sino por la intrucción semi o explícuta de senso-sexualidad y erotismo.
“Construyamos nuestra propia desobediencia. No confundamos el Ni una Menos con el Me Too, y no nos enredemos en su tensión con el Manifiesto de las intelectuales francesas. Cada movimiento y cada feminismo solo puede ser construido con los elementos de su propia historia. En la disputa entre el feminismo anglo y el francés, yo leo claves de dos historias de la conyugalidad, dos formas de la sexualidad y el amor instaladas por civilizaciones y líricas diferentes, como lo ha hecho notar hace tiempo ya Peter Gay2 y también Josefina Pimenta Lobato3. Están en juego allí dos modelos del amor, el anglosajón y el francés. En lo que al Ni una Menos respecta, recordemos que existe sí una colonialidad al interior de los movimientos sociales. Esa colonialidad suele traicionarnos y desorientarnos”.
Rita Segato (fuente indicada más arriba)
Florencia Peña
En Buenos Aires se montó una versión en el 2006 en el teatro Lola Membrives con éxito. Por Sweet Charity, la protagonista, el personaje de Charity, -empleada del burdel Fandango- a cargo de la actriz FLORENCIA PEÑA, obtuvo una nominación al premio Florencio Sánchez como Mejor Actriz Protagónica de Musical y una nominación al Trinidad Guevara como Mejor Actriz Protagónica de Teatro. La obra fue acreedora de un Premio Diario Clarín Espectáculos 2006 a la Mejor Comedia Musical, mientras que Florencia se galardonada con el Premio ACE a la Mejor Actuación Femenina en Musical, y la obra gana dicho galardón en el rubro Musical.
El elenco lo completón Nicolás Scarpino, Diego Ramos y Griselda Siciliani, entre otros, quienes después tomaron otras sendas diversas de notoriedad..
(párrafos tomados de http://www.florenciapena.com/portfolio-posts/sweet-charity-2006-2007/
https://www.geoteatral.com.ar/nota/SweetCharity-Critica